¡Supera tus bloqueos!
Aunque grites que no puedes más lo cierto es que sí puedes. ¡No te quemes! y aprende a ser indemne.
Ya sea por problemas en el trabajo, con la familia, la pareja, los hijos... El caso es que llega un momento en que explotas y gritas que ya no puedes más. Pero lo cierto es que si puedes. Aprende a salir indemne de las llamas.
'Burnout'
El fenómeno de sentirse quemado (burnout, en inglés) se suele relacionar con ambientes profesionales, pero “no se produce exclusivamente en ellos, sino también en las relaciones interpersonales: en la pareja, en la sociedad, en una asociación, en una comunidad...”, dice Anselm Grün, doctor en Teología y uno de los maestros espirituales más apreciados en la actualidad. Y no solo eso, sino con uno mismo. Porque “esa presión que se experimenta en el trabajo es una prolongación de la presión interior a que estamos constantemente sometidos”, agrega.
Estar ante un muro que no te deja pasar al otro lado, que es precisamente el lugar al que quieres llegar; estar bloqueado. Eso es el burnout, y tanto que te sientes quemado; es decir, sin herramientas ni recursos para afrontar la situación; sobrepasado por el estrés, agotado. De ahí que en consulta muchas veces se diagnostique como depresión por agotamiento.
“Uno no se quema de la noche a la mañana. Antes se han presentado indicios y síntomas. Lo que en el momento crítico resulta evidente se ha venido anunciando mucho tiempo”, dice el experto. Pero ¿qué pasa? “A menudo lo perciben antes las personas del entorno que el propio afectado”. Y es que ellas notan su irritabilidad, que cada día está más tenso, con menos tiempo para todo, desbordado por lo que siente que le reclama el entorno (estresado), que repite afirmaciones como “estoy muy cansado; no tengo ganas de nada; estoy harto de todo...”. Ahí se manifiesta ya la depresión que lo acompaña.
“Todos conocemos el estrés, y nos quejamos de padecerlo. Sin embargo, lamentarse no es la ayuda que necesitamos”, explica la psicóloga Carmen Raya Abad, de Granada. ¿Cómo puedes actuar? “El primer paso consiste en prestar atención y preguntarse por las causas”, agrega Grün. Si las reconocemos, sabremos cómo hacerles frente. Por ejemplo, si el problema surge en tu ambiente laboral: ¿se debe a tu volumen de trabajo? Redúcelo, entonces; organízate. ¿Sientes poco reconocida tu labor? Comienza a valorarla tú para facilitar que los demás vean su importancia. “Si se trata de la pérdida de alguien querido, conflictos en la familia, en la pareja, sencillamente no podemos erradicarlos de la vida”, dice Grün. “Lo que sí depende de ti es tu forma de reaccionar frente a ellos. Y así tal vez puedas reducir tu estrés”, apunta la misma psicóloga. ¿Cómo? “Personalmente, a quienes se quejan del estrés que padecen, suelo aconsejarles que vean dónde deben separarse y protegerse”, dice Grün.
1.- “Entra en contacto contigo misma. En las situaciones estresantes solemos conceder a ciertos factores externos excesivo poder sobre nuestra persona. Nos dejamos determinar desde fuera, cuando la respuesta positiva solo puede partir de nosotros. Para eso es fundamental respirar bien, percibir nuestro cuerpo, y desde ahí abrirnos a los problemas. No dejarnos arrastrar por ellos”, dice Grün.
2.- “Analiza tu actitud y cuestiónate a ti misma. ¿Necesitas contentar a todo el mundo? ¿Estás necesitada de atención, confirmación y reconocimiento? Reconocer estas flaquezas es comenzar a relativizarlas; porque tenerlas no te autoriza a autodenigrarte. Admítelas sin más”.
3.- “Pregúntate de qué fuente bebes. ¿Es la fuente del perfeccionismo, de la ambición, de la afirmación obsesiva de ti mismo?” Tal vez tu estrés dependa de que sacias tu sed (tu concepto de ti misma) bebiendo de esas fuentes turbias. Acude a tu interior; a lo bueno que hay en ti. Parte de ahí.
4.- Cuando algo nos quema es que le prestamos demasiado tiempo y atención. "Hay que limitarlo. Marca pautas de descanso y actividad a tu ritmo".
Por: Elba Simón.