Móvil: manual de uso infantil
Resuelve tus dudas sobre el uso infantil de móviles y otros dispositivos. Nuestra experta te da las pautas.
A la vista de la agilidad que tiene con el teclado y el manejo de las aplicaciones, dirías que tu hijo lo sabe utilizar perfectamente, pero en el camino puede haber peligros. No le dejes solo en ese aprendizaje.
¿A qué edad se lo compro?
Aunque no lo necesitan todavía, se les puede conseguir uno “cuando empiezan la ESO, a los 11 ó 12 años”, dice Mª Luisa Ferrerós. “Cuando empiezan a salir por su cuenta es más necesario, a los 13 ó 14 años”.
¿Qué características debe tener el móvil?
“Es importante que este primer móvil no tenga Internet y que sea un modelo adecuado a su edad”; por lo tanto, nada de smartphones: “Sería como si el primer coche fuera un Ferrari”. Debe ser de tarjeta “para controlar el gasto, y que lleve localizador por GPS”. Y fundamental: “Debe aprender a utilizarlo y a cuidarlo. Porque muchas veces se les cae, se rompe, lo pierden o se les olvida...”.
“El primer móvil lo han de controlar los padres, cargarlo, guardarlo y gestionarlo. Y solo dárselo cuando sea necesario”, sugiere la experta. Pero advierte de la doble cara que puede tener su uso: “Por un lado, a los padres les sirve para controlar a sus hijos (si, por ejemplo, hacen desplazamientos largos al cole o de excursión); por otro, para que estos "mientan" sobre dónde o con quién están”.
Hay miles de aplicaciones gratuitas y de pago tentadoras para los menores, aunque la psicóloga infantil ofrece dos consejos: “Descargar solo las recomendadas a la edad del niño y evitar aquellas que contribuyen al aislamiento”.
Hay varias formas de advertirlo: “Cuando no es capaz de hacer nada sin el móvil, y se pone nervioso si no lo encuentra”, señala Mª Luisa Ferrerós. También hay que detectar si tu hijo tiene FOMO (o miedo a perderse algo), un síndrome de exclusión social a través del móvil con los siguientes síntomas: “Ansiedad o ataque de pánico si el grupo hace cosas sin que él o ella se enteren, si le excluyen de los chats, etc.”.
El envío de datos personales por SMS o whatsapp es el peligro número uno al que se enfrentan los menores. Por ello, es importantísimo que sepan que “todo lo que se envía por móvil deja de pertenecerles y todo lo que se escribe en un mensaje puede utilizarse en su contra en un momento de conflicto; es decir, puede servir para que alguien le piratee o le persiga”, explica Ferrerós.
Como psicóloga infantil, Mª Luisa Ferrerós ha tratado casos de sexting y ciberacoso, los más peligrosos para los menores. “Los chicos no tienen conciencia de que esto es un delito grave. Tengo un paciente de 21 años en la cárcel por enviar fotos provocativas de chicas de 16 y 17 años. Se le ha imputado ‘corrupción de menores’ y hasta que salga el juicio puede pasar dos años en prisión preventiva. También he tenido un caso de un chico que amenazaba a otro con enviar a sus padres fotos suyas borracho y desnudo en un día de juerga. El chico extorsionado llegó a robar en una tienda para pagarle. Y hablamos de niños de familias normales de clase media/alta”.