Revista Mía

Libros clásicos que no pueden faltar en una biblioteca juvenil

Las aventuras que leemos pasan a formar parte de nuestra vida, de la memoria, del alma. Lo que sucede en las páginas de un libro vive en el recuerdo toda la vida como si nos hubiera ocurrido a nosotros mismos.

Las aventuras que leemos pasan a formar parte de nuestra vida, de la memoria, del alma. Lo que sucede en las páginas de un libro vive en el recuerdo toda la vida como si nos hubiera ocurrido a nosotros mismos.

Los libros que leemos en la juventud nos hacen vivir las mejores aventuras: entablar amistad con viejos piratas, recorrer la estepa rusa, investigar extraños sucesos, o sobrevolar "Nunca Jamás" oyendo un tic-tac. Las páginas del libro nos llevan a otros mundos. Aquí ofrecemos solo algunos de ellos, porque la lista de los “imprescindibles” es tan larga como la imaginación.

Libros imprescindibles

- La isla del Tesoro: Long John Silver es uno de los personajes más carismáticos de la literatura de aventuras. Stevenson escribió esta maravillosa historia de piratas en 1883 y cuando se acaba todos deseamos ser Jim Hawkins y habernos embarcado en La Hispaniola. También es muy recomendable “El doctor Jekill y Mister Hyde”, una estupenda alegoría de la dualidad del hombre y la lucha del bien y el mal.

- Miguel Strogoff: una novela de tierra adentro de Julio Verne. Strogoff, el correo del zar, arriesga su vida para cumplir una misión peligrosa: llevar un mensaje atravesando toda Rusia, de Moscú a Irkust. Julio Verne es una buena invitación para que los jóvenes  empiecen a leer libros más densos, llenos de aventuras, personajes y sentimientos. Un clásico en toda regla.

- Matar a un ruiseñor: Harper Lee escribió esta novela en 1961,  y con ella consiguió el premio Pulitzer. Narra parte de la infancia de Jean Louis Finch, marcada por la defensa de su padre, Atticus Finch, de un hombre negro acusado de violar a una mujer blanca, todo ello en una Alabama con un sistema judicial sin garantías para la población negra. Un obra que aboga por la justicia, la igualdad, el rechazo a los prejuicios, raciales y sociales. Dará mucho que pensar a los jóvenes y a los no tan jóvenes.

- Estudio en escarlata: en esta novela de Arthur Conan Doyle Sherlock Holmes y Watson se conocen por la necesidad, por otra parte tan actual y cotidiana, de compartir casa. A partir de entonces esta pareja será in icono en la investigación criminal y su dirección, 221b de Baker Street, una meta para todo aquél que quiera solucionar un misterio.

- Peter Pan y Wendie: el escritor escocés James Matthew Barrie estrenó esta obra de teatro  en  1904 sobre un nio que nunca crece y que gracias al polvo que desprende su hada, Campanilla, puede volar. Vive en El país de Nunca Jamás junto con los niños perdidos, los indios, hadas y sirenas. El capitán Hook es el típico malo incomprendido que atrae las simpatías de muchos de los lectores. Un malvado a la altura de su rival.


- Don Quijote de la Mancha: no es porque sea el año Cervantes, es simplemente porque cuenta tantas aventuras y ofrece tantas enseñanzas que su lectura deja una impronta imborrable. La locura de don Alonso Quijano nos ofrece aventuras sin fin, pero nos enseña que a veces son los cuerdos los que sobran en el mundo y los locos los que nos dan grandes lecciones de vida. Quijote y Sancho, dos maneras de ver la vida tan compatibles como sabias.

- Corazón de Edmundo de Amicis. El libro está escrito como el diario escolar de un niño de Turín, Enrico, en el que cuenta su vida cotidiana, las cartas de sus padres y algunos cuentos, entre ellos algunos muy famosos como “De los Apeninos a los Andes”, en el que se basó la serie de dibujos animados de “Marco”. Muy conmovedor.

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