Revista Mía

12 ideas deliciosas para añadir los frutos secos a tu dieta

Sus muchas propiedades los convierten en los alimentos indispensables en cualquier dieta. Te contamos cómo sacarles el máximo partido.

El otoño es el momento perfecto para disfrutar de los frutos secos. Aunque muchos creen (erróneamente), que no deben incluirlos en su dieta por su elevado aporte calórico, lo cierto es que son muy sanos y deberían formar parte de cualquier plan de alimentación saludable. Y no, no engordan.

Los frutos secos contienen grasas, pero estas son saludables. Sus ácidos grasos son favorables para el corazón, mejoran el desarrollo cognitivo, nos aportan vitaminas como la E (muy importante para reforzar el sistema inmune), nutrientes y son un excelente aporte de fibra que regula el tránsito intestinal. Nos referimos, por supuesto, a los frutos secos naturales, no los que podemos encontrar fritos en el supermercado. Sentimos decírtelo, pero no, los quicos no son un fruto seco, sino maíz tostado con sal. Tampoco son recomendables los cacahuetes rebozados en miel y sal. Cuanto menos procesados estén, mejor.

Los que sí podemos (¡y debemos!) consumir a diario son los frutos secos al natural, incluso si estamos siguiendo una dieta de adelgazamiento, y siempre que controlemos las cantidades. Son buenos, pero tampoco es cuestión de que te vuelvas loca tomándolos. Los expertos recomiendan tomar alrededor de 20 o 25 gramos diariamente. Su poder saciante los convierte en el picoteo de media mañana ideal cuando empezamos a notar que se nos despierta el apetito. Si bien todos son altamente nutritivos, cada uno de ellos destaca por una propiedad concreta. Por ejemplo, las nueces son buenas para el corazón, las almendras lo son para los huesos (contienen calcio), los anacardos para la vista, etc.

A menudo ignoramos el enorme potencial que tienen, no solo para nuestra salud, sino a la hora de hacer nuestros platos más deliciosos. Es frecuente consumirlos solos, pero lo cierto es que son un buen ingrediente en infinidad de recetas, tanto dulces como saladas. Un bizcocho con plátano y nueces es un auténtico manjar, acompañando a los yogures tampoco está nada mal y también es perfecto en tostadas para un desayuno nutritivo. ¿Los has probado en la pasta? Sí, también van perfectos con este alimento.

¿Quieres aprender a exprimir al máximo los beneficios de los frutos secos? Sigue leyendo.

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