El otoño es el momento perfecto para disfrutar de los frutos secos. Aunque muchos creen (erróneamente), que no deben incluirlos en su dieta por su elevado aporte calórico, lo cierto es que son muy sanos y deberían formar parte de cualquier plan de alimentación saludable. Y no, no engordan.
Los frutos secos contienen grasas, pero estas son saludables. Sus ácidos grasos son favorables para el corazón, mejoran el desarrollo cognitivo, nos aportan vitaminas como la E (muy importante para reforzar el sistema inmune), nutrientes y son un excelente aporte de fibra que regula el tránsito intestinal. Nos referimos, por supuesto, a los frutos secos naturales, no los que podemos encontrar fritos en el supermercado. Sentimos decírtelo, pero no, los quicos no son un fruto seco, sino maíz tostado con sal. Tampoco son recomendables los cacahuetes rebozados en miel y sal. Cuanto menos procesados estén, mejor.
Los que sí podemos (¡y debemos!) consumir a diario son los frutos secos al natural, incluso si estamos siguiendo una dieta de adelgazamiento, y siempre que controlemos las cantidades. Son buenos, pero tampoco es cuestión de que te vuelvas loca tomándolos. Los expertos recomiendan tomar alrededor de 20 o 25 gramos diariamente. Su poder saciante los convierte en el picoteo de media mañana ideal cuando empezamos a notar que se nos despierta el apetito. Si bien todos son altamente nutritivos, cada uno de ellos destaca por una propiedad concreta. Por ejemplo, las nueces son buenas para el corazón, las almendras lo son para los huesos (contienen calcio), los anacardos para la vista, etc.
A menudo ignoramos el enorme potencial que tienen, no solo para nuestra salud, sino a la hora de hacer nuestros platos más deliciosos. Es frecuente consumirlos solos, pero lo cierto es que son un buen ingrediente en infinidad de recetas, tanto dulces como saladas. Un bizcocho con plátano y nueces es un auténtico manjar, acompañando a los yogures tampoco está nada mal y también es perfecto en tostadas para un desayuno nutritivo. ¿Los has probado en la pasta? Sí, también van perfectos con este alimento.
¿Quieres aprender a exprimir al máximo los beneficios de los frutos secos? Sigue leyendo.
Yogur con cereales, nueces y frutos rojos
Las nueces son deliciosas, y si las preparas en un bol con yogur griego natural, frutos rojos y cereales tendrás una estupenda receta que te servirá para cualquier momento. Puedes consumirla en el desayuno, a modo de postre, en la merienda o incluso la cena variando las cantidades. Además de nutritiva y versátil, esta combinación de alimentos está buenísima. ¿Te animas a probarla?
Pasta con piñones y albahaca
¿Quieres darle una vuelta de tuerca a la salsa pesto italiana? Una de las mejores formas de hacerlo es añadirle piñones. Pruébalo y verás que tus platos de pasta ganan muchos puntos.
Tostada de queso de cabra, higos y nueces
Las tostadas de aguacate son deliciosas, pero, ¿por qué no variar un poco tus desayunos? Esta combinación de queso de cabra, higos y nueces con un buen pan te hará ver las estrellas de lo increíble que está. En realidad puedes tomarla a cualquier hora del día y como merienda nos parece ideal.
Bizcocho de plátano y nueces
¡Qué nos gusta un buen bizcocho! Normalmente no son muy saludables, pero si los preparamos en casa usando ingredientes de verdad, podemos permitírnoslo de vez en cuando. Este de plátano y nueces es una estupenda opción. La combinación del dulzor del plátano y la textura crujiente de las nueces lo convierte en un bizcocho simplemente perfecto.
Carpaccio de calabacín con frutos secos
El carpaccio de calabacín con frutos secos es un entrante perfecto para cualquier comida, pues se hace rapidísimo y además es muy saludable. Esta hortaliza mediterránea combina especialmente bien con los piñones y las nueces, tú solo elige el que más te guste. Intercala unas rodajas de tomate entre cada dos o tres de calabacín si quieres añadirle algo de color y frescura.
Chuletas de cordero con costra de pistachos
Una estupenda opción para darle una vuelta de tuerca a tus recetas de cordero. La combinación de la carne jugosa del cordero y el toque crujiente de los pistachos logra un contraste de lo más interesante.
Crema de calabaza con almendras
¿Hay algo más reconfortante que una crema de calabaza calentita en otoño? Además de saludable y nutritiva, es una verdadera delicia. Sírvela con unas almendras tostadas por encima y tendrás una cena de 10.
Crema de almendras
La crema de almendras se comercializa en tiendas especializadas, pero con frecuencia contiene aditivos e ingredientes innecesarios, por lo que es mucho más saludable si la preparamos en casa. Se convertirá en la compañera ideal de tus tostadas de desayuno o de merienda.
Ensalada de quinoa, frutos secos y aguacate
Apunta esta receta para cuando no sepas qué cenar: ensalada de quinoa, espinacas, aguacate y frutos secos (pueden ser avellanas, pistachos, nueces...).
Judías salteadas con almendras
El salteado de judías con almendras se prepara en un abrir y cerrar de ojos. Sirve como acompañamiento de cualquier plato de carne o pescado, incluso como plato único. Puedes modificar la receta y añadir avellanas en lugar de almendras, estará igual de delicioso.
Tarta de manzana con almendras
La tarta de manzana es, sin lugar a dudas, la reina de todas las tartas. El toque crujiente de las almendras le pone el broche de oro a este ya de por sí deliciosísimo postre.
Queso brie al horno con nueces y arándanos
El queso brie calentado en el horno es un manjar al que se pueden añadir una gran variedad de ingredientes, pero es especialmente apetitosa la combinación con los arándanos y las nueces. El mejor aperitivo del mundo.