Revista Mía

Aprende a preparar masa quebrada casera de forma fácil

Esta base que te servirá para preparar tartas y quiches se prepara de una forma muy fácil. Te damos los trucos para elaborarla.

¿Alguna vez te has atrevido a preparar una masa quebrada? Lejos de lo que pueda parecer, esta masa, que se utiliza para elaborar tartas y quiches tanto dulces para postres como saladas para aperitivos y segundos platos, es muy fácil de hacer. ¡Más de lo que imaginas!
También llamada pasta brisa o en su origen francés, pâte briseé; la masa quebrada que te proponemos hacer en esta ocasión es dulce y muy sencilla: para prepararla en casa solo necesitas un par de productos comunes que seguro que tienes en tu despensa y menos de 30 minutos. Esta masa fina pero crujiente te servirá para elaborar tartas y pasteles de todo tipo después y podrás rellenarla con infinidad de ingredientes. ¡Toma nota!
Ingredientes para preparar la masa quebrada:
  • 200 gramos de harina de repostería
  • 100 gramos de mantequilla
  • 1 huevo
  • 50 gramos de azúcar glass
  • Una pizca de sal.

Paso a paso

Para empezar tamiza en un cuenco grande toda la harina de repostería, para que no le salgan grumos. Añade también al bol la mantequilla a temperatura ambiente cortada en daditos muy pequeños, y mezcla los ingredientes con las yemas de los dedos hasta que consigas una masa uniforme desmenuzada. Añade después la pizca de sal y el azúcar glass y el huevo ligeramente batido.
Vuelve a mezclar todos los ingredientes para que se integren bien y haz una bola con la masa. Colócala en un cuenco y cúbrelo con film transparente. Déjala reposar en el frigorífico durante al menos una hora, para que coja consistencia.
Pasado este tiempo, cuando veas que ya está firme, saca la masa y estírala sobre una superficie lisa (como la encimera) con un rodillo de cocina, muy despacio, para que no se caliente. Después unta un molde redondo con un poco de mantequilla y coloca, con cuidado, la masa sobre él. Para que la masa no se rompa puedes hacerlo enrollando la masa en papel de horno, y desenrollándola sobre el molde.
Cuando la masa ya esté en el molde bien colocada, recorta los bordes que sobresalen con una tijera. Pincha toda la base con un tenedor y mete la masa al horno a unos 180ºC. Hornéala hasta que veas que ya se ha dorado ligeramente, durante unos 30 minutos. Sácala, déjala reposar… ¡y lista! Ya puedes utilizarla en cualquier postre que te apetezca. Pastel de frutas, crumbles, tartas rellenas… ¡Tú eliges!
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