Receta de helado de té matcha, fácil y refrescante
Te chivamos cómo preparar helado casero de té matcha para conseguir una textura cremosa y un sabor delicioso para esos días especialmente calurosos. Sencillo y casero, ¿puede haber algo mejor?
Fresquito, cremoso e ideal para tomar cuando más te apetezca. Los helados son el must have de todos los veranos (y en invierno tampoco les decimos que no siempre y que podamos tomarlo en un sitio calentito). Los puedes encontrar de múltiples formas y sabores, pero seguro que habrás probado el helado de té verde matcha. Con un color intenso y todo el sabor de esta bebida que tantos beneficios presenta para nuestra salud… ¡Irresistible para todas aquellas a las que les gusten los sabores originales y las tea lovers que quieran tomar té de de una manera original!
Por eso, os enseñamos cómo preparar helado casero de té matcha. Se trata de una receta más fácil de lo que parece pero con la que te recomendamos que tengas algo de paciencia. No podemos decir que por estar hecho en casa se trate de una receta healthy (los helados raramente lo son), pero siempre tienes la opción de sustituir el azúcar marcado en la receta por edulcorantes, mucho menos calóricos. Así tendrás la versión light de esta delicia helada.
Esta receta es perfecta si quieres preparar alguna receta con los más pequeños de la casa y como hemos mencionado anteriormente, puedes modificarla según tus necesidades o preferencias. También puedes incluir alguna fruta en el proceso e incluso podrías prepararlos en formato polo. ¡Todo depende de ti! Allá vamos con este helado de matcha.

bolas de te verde en bol
Ingredientes:
- 2 cucharadas soperas de té matcha
- 130 gramos de azúcar
- 180 mililitros de nata
- 180 mililitros de leche
- 3 huevos
Elaboración:
- En un recipiente adecuado, mezclar dos cucharadas soperas de azúcar con el té matcha.
- Separar las claras de las yemas, y en otro cuenco, mezclar el resto del azúcar con las yemas de huevo.
- Incorporar la mezcla de las yemas y el azúcar al bol con el azúcar y el té matcha. Remover con ganas hasta conseguir una pasta densa.
- Calentar la leche en un cazo. Antes de que arranque a hervir, para el fuego.
- Añadir un poco de leche (puede ser vegetal, si quieres) a la mezcla del bol. Remueve y añade la leche poco a poco. Una vez mezclado vierte la mezcla en el cazo de calentar la leche y calienta hasta que esté punto de hervir. Luego para el fuego.
- Colar para eliminar posibles grumos (si te gustan puedes dejarlos, pero si prefieres no toparte con ellos después, mejor colar la mezcla) y deja enfriar.
- Batir la nata con suavidad e incorporar a la mezcla del té.
- En un recipiente hermético, distribuir bien la pasta resultante y reservar en la nevera durante al menos 3 horas.
- Transcurrido este tiempo, poner el recipiente en el congelador y para evitar que se formen cristales, retira cada 30 minutos y remueve con energía. Sí, puede parecer un proceso un poco pesado, pero te garantizamos que merecerá la pena si tu objetivo es conseguir un helado de textura cremosa. Repite la operación hasta conseguir la textura deseada.
- A la hora de la presentación, puedes servirlo en bolitas y acompañado de frutas u hojitas de menta para decorar. También puedes optar por la versión en cucurucho, ¡delicioso!