Recetas para reducir el consumo de carne de tu dieta
Te ayudamos a animarte a pasarte al lado 'veggie'.
El excelente trabajo de divulgación que se ha hecho en los últimos años en España por la comunidad de expertos apoyados en la única base objetiva que existe en el ámbito sanitario, la científica, lleva tres o cuatro recogiendo sus primeros frutos. La población está definitivamente más concienciada para cambiar algunos de sus malos hábitos alimenticios y, lo que es todavía mucho más importante, está mejor informada también. Es cierto que como todo tema de moda, se produce una gran cantidad de desinformación a su alrededor, por lo que queda mucho camino por hacer todavía, pero parece poco discutible el hecho de que la alimentación saludable tiene un espacio mediático reservado que antes no tenía.
Aunque dentro de este campo el azúcar es el gran caballo de batalla, existen otras recomendaciones sanitarias a nivel nutricional que deberíamos empezar a cumplir si queremos seguir una dieta saludable. Una de las más importantes dentro de las que no tienen que ver con el consumo de azúcar, es la de reducir la ingesta de carne roja, tanto fresca como procesada - embutidos-. Este es uno de los obstáculos más complicados de superar para la mayoría de las personas que de verdad están intentando introducir cambios en su rutina alimentaria porque el consumo de productos de origen cárnico está muy arraigado en España; no hace falta pensar nada más que en el mapa de la Península en clave animal: cerdo ibérico, distintas razas de vaca, tradición de cordero, etc.
Para ir descubriendo otras opciones, un paso intermedio es el de sustituir las carnes rojas por carne de pollo o directamente por pescado, algo que puedes hacer en infinidad de recetas clásicas caseras, desde las albóndigas hasta las croquetas, pasando por guisos tradicionales de patata o legumbre. Es más, hasta a la hora de hacer un filete vuelta y vuelta, un clásico de muchas cenas en los hogares españoles -solo hay que pararse un rato en la carnicería a observar hábitos-, es muy sencillo cambiar la elección de la ternera al pollo o a la merluza, por citar dos ejemplos mucho más saludables.
Pero nosotros te animamos a ir un paso más allá para reducir el consumo de carne en tu dieta. Dar prioridad absoluta a los productos de origen vegetal. No hace falta que corras para llegar a este punto que te proponemos, que bien podría ser la meta saludable, por eso te hemos recomendado dar un paso intermedio. Para decorarlos, vestirlos, lucirlos, embellecerlos o como quieras llamarlo, te puedes complicar muchísimo la vida, pero probablemente dures dos días en el intento. Por eso, nuestra recomendación es seguir un patrón más reconocible: darle una vuelta a las recetas típicas que más suelen gustar en casa. ¿Cómo? Te proponemos siete ejemplos muy reconocibles -¡sin la necesidad ni siquiera de entrar en el universo de las maravillosas ensaladas!-que seguro te ayudan a ver que otra forma de comer es posible, con una dieta donde la carne tenga un papel totalmente secundario
Pasta con “bolognesa vegetal"
Ya te hemos hablado en alguna ocasión de esta solución vegana para acompañar a tu pasta favorita. Sustituir la carne por las setas y una legumbre como las lentejas para dar una consistencia similar a la de la bolognesa. El sabor es otro, pero eso no quiere decir que no esté rico, que lo está. Y mucho.

Albondigas
Las clásicas albóndigas con tomate de toda la vida pero con una salsa casera de este último para evitar productos industriales y con unas bolitas de carne un tanto peculiares porque no hay ni rastro de ingredientes de origen animal. Compartimos la opción de hacerlas de garbanzos y quinoa, pero las puedes hacer también con otras legumbres como la lenteja.
Y está bien de juntarse en familia o con amigos y que todo tenga que ser carnaza, patatas de bolsa y refrescos azucarados. No vamos a entrar en las dos últimas batallas porque las guerras se ganan a largo plazo, pero sí en el primero. Ya sean tacos, pizzas, burritos o crepes, cocinadlo en casa mientras os tomáis el aperitivo en la cocina y dadle protagonismo a las muchas versiones veganas que circulan por internet. El aguacate, los quesos, el yogurt, por supuesto las verduras, la fruta y los frutos secos son argumentos de sobra para dejar la carne por un día.
Otra de las opciones que sumar a las citadas en el anterior punto son las hamburguesas vegetales, que pueden incluir casi todas las legumbres que conoces como ingrediente principal. Una masa con garbanzos y lentejas está espectacular, pero en este caso te recomendamos la de guisantes, porque son un alimento excepcional y porque puedes darles un toque de color que las haga atractivas para los peques.
Hay arroces vegetarianos que nos chiflan. En su día te recomendamos uno de aceite de albahaca, berenjena y tomate que está para chuparse los dedos, pero puedes probar también con los risottos en clave vegetariana, no vegana, porque el parmesano, al menos a nosotros, nos resulta una tentación inevitable en esta elaboración. Como compañía de la huerta, dale una oportunidad a la cabeza ahora que la tenemos disponible durante buena parte del año.

Lasagna
Pocas cosas se disfrutan más en familia que una lasagna. Primero, porque los peques participan de la elaboración, y segundo, porque está buenísima. Y es de esos platos que puedes versionar una y mil veces. Por ejemplo, para evitar el consumo de carne, incluso de pollo, puedes elaborarla con pasta verde de espinacas y rellenarla con una combinación de hortalizas que aporte distintos matices y texturas: calabacín, calabaza y cebolla forman un bien trío de ases. Un puñadito de piñones y ya tienes la base vegetal de la receta.
Única receta en la que incluimos un producto de origen animal, pero es el pescado. Podríamos animarte a hacer el guiso tradicional de “patatas con” con setas -esos níscalos en temporada…-, pero es que con sepia se convierten en un plato de otro nivel. Opinión: mejor que con carne; realidad: mucho más saludables.