Revista Mía

4 platos sencillos y nutritivos que puedes preparar al horno

Solamente tendrás que darles el tiempo y la temperatura justa para que queden de diez.

Por alguna razón que no es fácil explicar, en muchos hogares españoles el horno hace las veces de armario para almacenaje de sartenes, fuentes y moldes que acumulan polvo en su interior. No se usa para cocinar.

Quizá sea porque es un electrodoméstico relativamente joven en las casas y muchos recetarios tradicionales heredados de abuelas y madres están basados en lo que tenían en casa para cocinar. Quizá sea simplemente porque no se cocina en casa, o quizá por pura pereza, porque hasta las pizzas precocinadas se calientan en el micro.

Pero en muchos casos es por puro desconocimiento. El horno no será lo más rápido del mundo, pero la comida queda jugosa, nutritiva y más saludable que cocinada en el fuego, y encima se hace sola. Estas cuatro ideas sencillas son un ejemplo perfecto de por qué deberíamos mirar más al horno como lo que es, y no como una especie de trastero en la cocina.

Pastel de carne

Típico british, es una receta calórica pero que está de muerte, y a los peques les suele chiflar. Hay pequeñas variaciones entre recetas, pero en general llevan todas una base de carne picada cocinada con verduras, patata y queso gratinado. La mantequilla es uno de sus secretos.

Un clásico de la cocina saludable es hornear una camita de cebolla laminada, tomates en rodajes y patatas con un buen chorro de aove y sal. Y cuando lleven un rato sudando, poner encima -con otro chorrito de aceite- un pescado como la dorada, la lubina o los salmonetes, por ejemplo, el tiempo justo para tener una comida de diez apta para novatos en la cocina.

Lasañas y musaka hay tantas como colores más allá de las tradicionales. Un ejemplo vegetariano es hacerla con una base de lentejas, tomate triturado, cebolla y pimiento verde. Puedes añadirle setas y cambiar las verduras por otras como la zanahoria.

No es la más nutritiva de las recetas al horno pero es un clásico de los pisos de soltero que merece la pena mantener en el menú porque son un vicio. El truco para hacer los mac&cheese es usar quesos de calidad, variados para que tenga más matices y que se fundan bien en el horno.

El pollo, para que sea rentable asarlo, mejor entero. Es muy divertido experimentar con él. Utiliza una bolsa tipo zip de tamaño grande y la noche anterior déjalo macerando con especias al gusto. Añade yogur y repártelo por todo el pollo para que se rompan sus fibras y quede más jugoso. Al día siguiente haz una camita de boniatos, patata y las verduras que más te gusten y al horno. Mejor menor temperatura y más tiempo. Y es clave ir regándolo con su propio jugo y darle la vuelta hacia la mitad del horneado. Desmiga lo que sobre y utilízalo para pizzas, pastas, croquetas, empanadillas o cualquier otra receta de aprovechamiento.

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