Pasta casera al huevo, gratinada

Mezclar la harina con los 8 huevos y una cucharada generosa de aceite de oliva

Añadir un puñado de sal y una pizca de nuez moscada recién rallada (si no tenemos puede ser en polvo)

Amasar bien con la ayuda de las varillas eléctricas para que se integren todos los ingredientes (se puede hacer a mano, pero es mucho más laborioso)

Mientras lo hacemos, poner una cacerola con agua en el fuego, añadir sal y llevar a punto de ebullición

Cuando hayamos conseguido una masa homogénea, esponjosa y más bien líquida, colocar un rallador sobre la olla y, con la ayuda de un cazo o cuchara sopera, introducir masa poco a poco

Hacer el gesto que realizamos al rallar un alimento, para que la masa de la pasta caiga en el agua hirviendo

Cuantos menos movimientos hagamos con el rallador, más alargada será la pasta y viceversa

Cocer durante tres minutos, retirar del fuego y escurrir

Precalentar el horno a 180ºC

Disponer la pasta en una fuente apta para horno

Cubrir con una generosa capa de queso rallado

Introducir en el horno y gratinar durante 15 minutos

Pelar y lavar las cebollas

Cortar en finas rodajas y dorar en una sartén con un poco de aceite y mantequilla

Retirar la cebolla del fuego y retirar el exceso de grasa con un papel de cocina

Sacar la pasta del horno y colocar la cebolla encima de la fuente

Lavar y picar un poco de perejil fresco y añadir a la pasta gratinada

Servir caliente