10 saboteadores de la dieta
Hay hábitos y falsos amigos que se interponen en tu camino hacia el peso ideal. Descubre a los saboteadores de la dieta.

No acaban con las grasas excedentes, provocan la eliminación de líquidos y electrolitos (minerales necesarios para el funcionamiento del organismo) por la orina. “Hacen perder agua, que se recupera en cuanto dejan de tomarse”, explica la nutricionista clínica y química Ángela Quintas.

Barritas, batidos de proteínas, alimentos preparados. Aunque en determinados casos ayudan a perder peso de forma correcta, preservando la masa muscular, “el problema es que este tipo de alimentación ‘sintética’ limita la vida social y no aprendes a comer”, dice Quintas.

“Mañana lo compenso”, “el lunes empiezo”... Postergar la acción o buscar todo tipo de excusas es típico si sigues un plan basado en las privaciones o en la prohibición, ya que genera ansiedad. ¿La alternativa? “La construcción de hábitos positivos y la autogestión emocional”, dice Luis Navarro, director de Navarro Clínica y creador del método Navarro para Adelgazar.

De un amigo o de una celebrity, un craso error. “Un plan debe estar personalizado. Cada organismo es singular”, dice la doctora Gloria Santomauro.

Es normal que quieras ver progresos, pero obsesionarse con la báscula no es recomendable. “Si la cifra no te gusta, hay una autocrítica, un maltrato. Si has bajado, lo notarás en la ropa, en el ánimo y los demás te lo dirán”, explica Navarro.

Renunciar a los hidratos de carbono es lo primero que dejamos de lado cuando intentamos adelgazar. “En realidad, aclara Santomauro, la mejor opción es reducirlos o tomar aquellos con bajo índice glucémico (cereales integrales, legumbres y patatas)”.

No es práctico (si comes fuera, ¿cómo vas a pesar los alimentos?) ni ayuda (tendrás en la cabeza la idea de que vas a pasar hambre). “Consume una ración normal, con cantidades lógicas”, dice Quintas.

A veces, hay que ‘hacer fiesta’, “este gesto normaliza la relación con la comida”, aclara Navarro. ¿Te mueres por un dulce? “Elige uno de calidad y consúmelo por la tarde para elevar la serotonina (hormona de la felicidad)”.

Dejar de desayunar por la mañana o irse a la cama por la noche con el estómago vacío tampoco funciona. Consume algún alimento cada 3 o 4 horas sin hacer grandes periodos de ayuno.

Un plan dietético que implique control de la comida y prohibiciones no funcionará. “Desata emociones negativas (culpabilidad, fracaso, baja autoestima) y causa fases de privación y atracón y el temido efecto rebote (se recupera el peso perdido). “La idea, explica Navarro, es dejar de tener mentalidad de dieta, crear buenos hábitos y conectar con el estómago a través de sus mecanismos de apetito y saciedad”.