7 alimentos sanos que sabotean tu dieta

¿Por qué? “Las porciones están compuestas por arroz refinado, un carbohidrato que, tomado cuando el gasto calórico es mínimo (por ejemplo, en la cena), se acumula en forma de grasa”, precisa Isabel Jimeno, directora del área de nutrición del centro Felicidad Carrera y miembro de Top Doctors.
La alternativa: “Con fecciona el menú ‘japo’ con piezas que se elaboren sólo con una lámina de pescado (sashimi)”

¿Por qué? Aunque es un buen sustituto del azúcar refinado, también puede convertirse en enemigo cuando se utiliza en exceso. “Su concentración de azúcares (glucosa, fructosa y glucosa) la convierten en calórica. No tomes más de 30 g al día”.
La alternativa: endulza tus postres con puré de fruta.

¿Por qué? Tiene un elevado aporte graso (aunque es de perfil cardiosaludable) y componentes que estimulan el hambre y suele tener bastante sal (favorece la retención).
La alternativa: opta por una baja en grasas (en torno a un 60%) para que resulte menos calórica y, si tienes problemas de colesterol, toma las enriquecidas con fitoesteroles.

¿Por qué? El ‘apellido’ integral se asocia frecuentemente a que ayuda a adelgazar, y esto no es del todo cierto. “Muchas son hipercalóricas (por sus azúcares) y no están elaboradas con harina integral, sino que a la normal le añaden después salvado”.
La alternativa: una galleta básica tipo ‘maría’ (tiene menos grasa y más fibra).

¿Por qué? Es uno de los alimentos que más azúcar oculto contiene. “Además, puede abundar en grasa”.
¿El problema? “Estamos tomando más calorías de las que pensamos”, comenta Jimeno.
La alternativa: haz un mix con copos de avena, semillas (chía, lino), pipas (calabaza, girasol) y fruta troceada.

¿Por qué? Se ofertan como un healthy snack, pero, ¡cuidado!, algunas son golosinas disfrazadas. “Contienen grandes cantidades de azúcar e ingredientes sintéticos y aportan grasas vegetales ‘trans’ que incrementan los niveles de colesterol malo”.
La alternativa: busca las que tienen fruta y frutos secos y un valor energético modesto (entre 88 y 100 calorías).

¿Por qué? “Incorporan aditivos que disparan la insulina (la hormona encargada de transferir el azúcar a las células)”.
¿La consecuencia? “Aumentan el apetito”.
La alternativa: modera su consumo y revisa las etiquetas para comprobar que no hay un aporte desmesurado de sal y que se han reducido grasas y azúcares; si no, el aporte energético es considerable.