
Fast food: ¿cuánto engorda y cómo hacerlo más sano?
Hamburguesas, perritos calientes, pizza… La comida rápida no es precisamente muy sana y puede hacerte engordar, aunque existen alternativas para convertirla en algo más saludable.
Siempre que hablamos de fast food o comida rápida nos referimos a platos que a priori no son nada saludables y son muy calóricos. Opciones que no debemos consumir de forma frecuente ya que a nivel nutricional no nos aportan prácticamente nada bueno.
Sin embargo, no es lo mismo prepararse una pizza en casa o una hamburguesa que tomar una de una cadena de comida rápida. Cuando optamos por preparar estos platos nosotros mismos, además de ahorrarnos unas cuantas calorías y grasa mala, también podemos controlar qué le ponemos y convertir estos platos en opciones sanas.
No es lo mismo una pizza de una cadena de pizzerías que una que preparas en casa, masa incluida, donde puedes desde hacer una masa convencional hasta animarte a preparar una pizza con base vegetal, de coliflor o de brócoli. Con respecto a los ingredientes ocurre lo mismo, puedes usar un buen tomate, la cantidad de mozzarella que consideres y poner de toppings alimentos sanos como pollo o verduras.
Con las hamburguesas ocurre lo mismo, si compras una buena carne picada de ternera que aderezas en casa y te preparas una hamburguesa con un buen pan, un queso rico, lechuga, tomate y una buena carne, tendrás un bocadillo infinito más saludable que cualquier opción comercial.
Si te animas a preparar unas fajitas o burritos, apuesta por saltear muchas verduras, para acompañar la carne elegida (si es pollo o pavo, mucho mejor) y usar toppings saludables como salsa de yogur casera, cebolla, aguacate... ¡Hay mil opciones para prepararte una cena o comida sana con estos ingredientes!
Y, ¿qué hacemos con las patatas fritas?
Cuando tomamos una hamburguesa o directamente en el aperitivo, las patatas fritas se convierten en un clásico. Ya sean caseras o comerciales, son una bomba calórica bastante poco saludable. Lo que se puede hacer para optar por una alternativa más sana, es prepararlas al horno en formato gajo con especias o usar la freidora de aire, que tan de moda se ha puesto últimamente, y que da unos resultados muy buenos con las patatas.
En nuestra galería te hablamos de las calorías de los principales caprichos de comida rápida y te damos ideas para convertirlos en opciones más saludables. ¡No te la pierdas!

La comida rápida está muy rica, pero la mayoría de productos que forman parte de ella son bombas calóricas que además suelen contener muchas grasas saturadas, por lo que abusar de estos alimentos puede poner en riesgo la salud. Aquí tienes un repaso de lo que supone cada uno:

Una hamburguesa grande con queso de un restaurante de comida rápida aporta unas 500 calorías y unos 24 gramos de grasa, debido a sus ingredientes: carne, bacon, queso, mayonesa, kétchup… Si a una hamburguesa le añadimos más condimentos: salsas, cebolla, pepinillos... el aporte calórico puede subir hasta las 600 o 700 calorías.

Una porción estándar de pizza barbacoa aporta unas 200 calorías. Teniendo en cuenta que cuando vamos a una pizzería lo normal es que comamos de dos a tres raciones, el resultado es que tomamos unas 600 calorías en total. A esto hay que añadirle el colesterol, y los carbohidratos que aporta la masa.

Una porción media de patatas fritas (100 gramos) posee un promedio de 400 calorías y 15 gramos de grasa saturada. Además, las patatas apenas tienen nutrientes de calidad y por lo general contienen demasiada sal. Y consumir desmasiada sal puede generar hipertensión.

El problema de los hot dogs reside en su ingrediente principal: la salchicha. La carne de los perritos es procesada, contiene mucho sodio y también aditivos perjudiciales como los nitritos. El kétchup, la cebolla y la mostaza hacen que un perrito caliente sume unas 350 calorías.

Un solo aro de cebolla aporta 100 calorías. La cebolla es un alimento salusable, pero el problema es que aquí va rebozada en harina y frita en aceite, por lo que su cantidad de grasa se triplica.

Un nugget de pollo tiene 60 calorías. Estos productos apenas contienen carne de calidad, y en la gran mayoría de ocasiones, están elaborados con los restos del pollo que no se pueden aprovechar: tendones, ligamentos...

La receta tradicional del kebab contiene carne de cordero o de ternera, mucha ensalada y salsa. Diversos estudios de Reino Unidos aseguran que este producto puede contener hasta 1000 calorías, superando incluso a las hamburguesas.

La comida rápida es perjudicial siempre que se abuse de ella. Un consumo muy esporádico no tiene por qué conllevar riesgos para la salud, aunque siempre puedes buscar alternativas más sanas si te apetece puntualmente una hamburguesa o una pizza. En lugar de acudir a tu restaurante favorito de comida rápida puedes preparar tú misma los platos utilizando ingredientes frescos y naturales, que tienen mayor calidad y estarán libres de aditivos y conservantes. Además, al estar en tu propia cocina tendrás el control sobre las cantidades y sobre las calorías que aportas a la receta.

Una hamburguesa de carne picada, lechuga y tomate cocinada en casa puede aportarte una cantidad de calorías 3 veces menor a una adquirida en un restaurante. Lo mismo ocurre con los perritos calientes: si la salchicha es natural o preparada por ti, será mucho más saludable.

También puedes preparar tus propias pizzas en el horno, echando menos queso y más ingredientes saludables como champiñón, aceitunas o espinacas. Y si te apetecen patatas fritas, prepáralas en casa, donde podrás controlar la cantidad de aceite (asegúrate de que sea siempre de oliva) y sal que les echas.
Aquí tienes unos consejos básicos para preparar las patatas fritas perfectas.

Si quieres comer nuggets de pollo con la conciencia tranquila, prueba a prepararlos en casa. Utiliza pechuga de pollo fresca, córtala en trocitos y rebózalos en un poco de pan rallado o copos de maíz. En lugar de sumergirlos en aceite, puedes cocinarlos al horno: ¡así tendrán mucha menos grasa!