Mandamientos para ser un verdadero ‘realfooder’
Carlos Ríos, creador del movimiento ‘realfooding’, nos da las claves para ser un verdadero ‘realfooder’. ¡Pásate a la comida real y tu salud te lo agradecerá!
El mediático dietista- nutricionista Carlos Ríos acaba de plasmar en su primer libro Come comida real. Una guía para transformar tu alimentación y tu salud lo que lleva bastante tiempo divulgando a través de sus redes sociales a golpe de meme: su lucha contra los alimentos ultraprocesados y su defensa de la comida real, la de siempre.
¿Te gustaría ser un verdadero relafooder? ¿Quieres saber cuáles son las bases de este movimiento que promueve comer como lo hacían nuestras abuelas y que triunfa entre la población más joven? Pues repasamos los puntos más importantes de la mano de su creador, Carlos Ríos.
Para estar sano hay que apostar por la comida real
Tal y como el propio Carlos asegura, su objetivo es enseñarnos a “llevar una alimentación saludable sin restricciones que impliquen comer poco, pasar hambre o contar calorías”. El secreto está en “priorizar la comida real, la comida que cuida nuestra salud”.
Muchas veces nos centramos en nutrientes (proteínas, hidratos de carbono, grasas…) o en las temidas calorías y no ponemos el foco en lo que de verdad importa: “los alimentos y su procesamiento”. Cuando se transforman alimentos en ultraprocesados, añadiéndoles ingredientes y retirándoles otros, al final se alteran sus características y los efectos que producen en nuestro cuerpo.
Él mismo cuando vivió con su abuela, mientras cursaba sus estudios universitarios, se dio cuenta que ella no tenía ni idea de lo que eran las proteínas, los hidratos o las grasas, pero comía mucho más sano que él. ¿El secreto? Una alimentación “totalmente gustosa” con alimentos muy ricos, simplemente que preservan de forma natural nuestra salud, “porque son esos alimentos menos procesados mantienen todos sus componentes beneficiosos para nuestro cuerpo”.
Y esa es la clave de su movimiento: enseñarnos a diferenciar los alimentos ultraprocesados (o malos procesados) de los mínimamente procesados o buenos procesados. Y motivarnos a llevar una alimentación a base de productos frescos y de buenos procesados. Siempre dejándonos claro que comer bien no implica sufrir, pasar hambre, ni comer corchopán. En definitiva, enseñarnos a volver a nuestros orígenes y a hacer elecciones conscientes en lo que a alimentación se refiere. No te pierdas los mandamientos para ser un auténtico realfooder.

El realfooding es un estilo de vida, no una dieta. Este estilo de vida se basa en comer comida real y evitar los ultraprocesados. Se trata de un movimiento que defiende el derecho a una alimentación saludable para la población. Según apunta Carlos, se trata de aprender a "llevar una alimentación saludable sin que eso implique contar calorías, pasar hambre o hacer dieta". "El realfooding viene a recuperar la comida real, la mínimamente procesada".

La alimentación se ha centrado en nutrientes y calorías, en vez de en alimentos, en comida real. "La comida real son todos aquellos alimentos mínimamente procesados o cuyo procesamiento no ha alterado al producto de forma negativa". La salud tiene que ver con los alimentos, algo que va mucho más allá de los nutrientes y las calorías.

Los ultraprocesados son los productos que han sido sintetizados con ingredientes de otros alimentos, como azúcares añadidos, harinas y aceites vegetales refinados, aditivos y sal. Son "alimentos" muy apetecibles y palatables pero muy malos para la salud. Por eso Carlos Ríos nos enseña a identificarlos y a tratar de evitarlos. Apostando por la comida real como la base de la alimentación.

En su página web, Carlos Ríos define alimentos procesados como "alimentos reales con un procesamiento industrial o artesanal beneficioso" de forma que mantienen su propiedades saludables. En este grupo están alimentos como las legumbres cocidas que se comercializan, algunas conservas de pescado en aceite de oliva, el propio aceite de oliva...

Hacer una compra realfooder es el primer paso para comer bien. Los realfooders no hacen dieta, no pasan hambre para adelgazar ni se pasan un mes “comiendo lechuga y pechuga”. Ellos apuestan por la comida real y disfrutan con ello. Así que lo primero que hay que hacer es organizar una lista de la compra a base de comida real y buenos procesados.

“El 80 % de los alimentos que ocupan las estanterías de los supermercados son ultraprocesados”. Recupera la costumbre de ir al mercado y apuesta por los productos frescos: frutas, verduras, carnes, pescados, frutos secos… Siempre priorizando los alimentos de origen vegetal.
Ya sabes: trata de elegir los productos que llevan solo un ingrediente en la etiqueta o que directamente no tienen etiqueta.

Carlos tiene una regla infalible para detectar a los ultraprocesados de un vistazo: mirar el número de ingredientes que tienen. Si el alimento en cuestión supera los cinco ingredientes y entre ellos encuentras azúcar, harina refinada, aceites vegetales refinados, aditivos y/o sal, es muy posible que estés ante un ultraprocesado.
Fíjate en qué porcentaje llevan los ingredientes que hemos citado antes, si alguno o varios de ellos superan el 10 % del contenido total del producto, ya sabes qué tienes entre manos: un alimento que no es bueno para la salud.

En alimentación, igual que en el inglés, hay “false friends” o alimentos que parecen sanos y no lo son. “Se trata de ultraprocesados que vienen etiquetados con reclamos aparentemente saludables: ecológicos, bio, sin gluten, saludables, fitness, nutritivos, equilibrados... Diferentes palabras para darle un ‘halo’ saludable” a un alimento que no lo es.

Hay que tener especial cuidado con los lácteos desnatados, light, 0 %. Parecen sanos pero cuando miras la etiqueta compruebas que están cargados de edulcorantes o azúcar añadido. Y NO son sanos.

Con los alimentos de desayuno encontramos muchos falsos sanos. Entre ellos están los cereales que te indican que son bajos en azúcar pero en realidad siguen teniendo una buena proporción de este ingrediente y, además, el cereal ha sido refinado por lo que le han quitado la fibra. Otro falso sano son las galletas con fibra, que llevan fibra pero que también llevan harinas y aceites refinados de mala calidad, azúcar…
Los zumos envasados que nos venden como sanos (y están cargados de azúcar) son otros clásicos de los "desayunos sanos". No hay que olvidar que si un zumo natural no tiene nada que ver con los beneficios de comerse una pieza de fruta, tomarse uno industrial de sano no tiene nada.

El principal objetivo del realfooding es que todo el mundo sea consciente de lo que come y, gracias a esos conocimientos, seamos capaces de hacer buenas elecciones en lo que a alimentación se refiere. “La gente come ultraprocesados a diario porque ni siquiera sabe que lo está haciendo, ni cómo afectan a su salud”, apunta Carlos.

Un realfooder come comida real, cuida su salud y, lo mejor de todo, lo disfruta. La abuela de Carlos le enseñó que se puede comer bien sin estar pensando en nutrientes, ni en porcentajes de grasa y sin pasarse la vida contando calorías y pasando hambre. Con la comida real puedes preparar platos deliciosos y muy saludables.

Es importante tener en cuenta que la mayor parte de la gente come mal, su dieta se basa en alimentos ultraprocesados malos para la salud. Es fácil que si tú tratas de evitarlos y en un evento social no tomas alcohol o bebidas azucaradas, por ejemplo, te tilden de ser “el raro o la rara” del grupo.
Es fundamental que la opinión de los demás no afecte a tu conducta porque “entonces estarías delegando tu salud a lo que hacen los demás y no a lo que tú quieres”. Tú quieres estar saludable y le debes poner remedio con tus decisiones en alimentación.

Es difícil desterrar los ultraprocesados para siempre de la alimentación. El realfooding no busca que dejes de comerlos para siempre, eso sería utópico. Este movimiento busca que seas consciente de ellos para poder evitarlos en la mayor parte de las ocasiones y, así, que los tomes de forma ocasional. Lo suyo sería que no supusiesen un 10 % de la alimentación.
Si los consumes en este porcentaje, no afectará negativamente a la salud porque en esa cantidad no son dañinos. Pero deben ser algo ocasional, una excepción.

El principal objetivo que tiene Carlos Ríos con este movimiento es hacernos abrir los ojos, enseñarnos a diferenciar claramente los alimentos buenos para la salud de los que no lo son y darnos un empujoncito para animarnos a llevar una alimentación sana y disfrutar con ello.