
Por qué es importante la vitamina E y dónde encontrarla
Este nutriente es uno de los más importantes para el organismo, sobre todo por su efecto antioxidante. Te contamos todo lo que tienes que saber.
Llevar una dieta saludable y equilibrada es crucial para proporcionar al organismo todos los nutrientes que necesita. Uno de los más importantes es la vitamina E, también conocida como tocoferol, que puede encontrarse en muchos de los alimentos que consumimos cada día. La ingesta de una cantidad adecuada de esta vitamina (se recomiendan 15 mg al día) ayuda a que todo funcione a la perfección. Te contamos cuáles son sus funciones y dónde obtenerla.
La vitamina E es un nutriente liposoluble que actúa como antioxidante, ya que ayuda a proteger las células de los daños causados por los radicales libres. Nuestro cuerpo también necesita este nutriente para el correcto funcionamiento del sistema inmunitario, que se beneficia de la vitamina E gracias a que ésta tiene el poder de combatir bacterias y virus. Además, dicho nutriente evita la oxidación de las grasas, las proteínas y los ácidos nucleicos, por lo que su consumo es fundamental si queremos mantener en perfecto estado el sistema neurológico y muscular. La salud de la retina y la fertilidad también depende de esta vitamina en gran medida.
Por otro lado, la vitamina E también evita la formación de nitrosaminas. Estas últimas son unas moléculas que causan bastante preocupación entre los científicos, pues se cree que están relacionadas con el cáncer. Otras funciones con las que está relacionado este nutriente son la formación de glóbulos rojos y la coagulación de la sangre.
Dada su presencia en gran cantidad de alimentos, el déficit de vitamina E es bastante raro y, en caso de producirse, estaría relacionado con ciertos problemas endocrinos que impiden la correcta absorción de la grasa. Para obtener la cantidad diaria recomendada, hay que consumir alimentos variados, como aceites vegetales (de girasol, de maíz y de soja), frutos secos (avellanas, castañas y almendras), semillas (las de girasol son un buen ejemplo) y hortalizas de hojas verdes (espinacas o brócoli), entre otros ejemplos. También es común encontrarnos con productos enriquecidos con vitamina E, los conocidos como alimentos funcionales.
Si quieres saber cuáles son los alimentos que aportan más vitamina E, no te pierdas la galería.

Además de jugoso y refrescante, el mango es muy rico en vitamina E (1,8 mg por cada 100 gramos). También aporta vitamina A, C, K, potasio y betacarotenos. Su alto contenido en agua le ayuda a ser la fruta perfecta para combatir el calor, saciarse y facilitar la digestión.

Las espinacas son otra estupenda fuente de vitamina E (1,71 mg por cada 100 gramos), además de hierro, magnesio y vitaminas C y K. Si quieres perder peso, este vegetal es uno de los más adecuados debido a su bajo aporte calórico, pues solo contienen 22 kcal por cada 100 gramos.

Los espárragos aportan 2,5 miligramos de vitamina E por cada 100 gramos y son un alimento muy completo que no debería faltar en la dieta, pues son diuréticos, ricos en fibra y vitaminas A,C y K.

Con 2,6 mg de este nutriente por cada 100 gramos, el aguacate es una de las frutas que más grasas saludables y vitamina E aporta. Apunta estas ideas para sacarle partido en la cocina.

Los huevos de gallina son una buena fuente de vitamina E, aunque este nutriente se encuentra solo en la yema. 100 gramos de yema aportan 3,6 mg de vitamina E. Sin embargo, si te comes el huevo entero únicamente obtienes 1,2 mg por cada 100 gramos.

Dentro de los nutrientes que nos aporta el pulpo se encuentran yodo, calcio, potasio, y diversas vitaminas, siendo especialmente relevante su contenido en la E (2,1 mg por cada 100 gramos). Otros cefalópodos a tener en cuenta en lo que a su aporte de vitamina E respecta son el calamar y la sepia.

Las castañas son un estupendo picoteo de media mañana que nos aporta muchísimos beneficios. Además de vitamina E, su consumo proporciona al organismo un efecto antioxidante, cuidado del tránsito intestinal y sensación de saciedad.

Además de aportar mg de vitamina E por cada 100 g, el salmón contiene proteínas de alto valor biológico, ácidos grasos Omega 3 y minerales como yodo, magnesio, fósforo, selenio, hierro y calcio.