Trucos para perder el miedo al dentista

La odontofobia es más importante de lo que parece. El miedo te paraliza y la visita al dentista se convierte en un infierno. Reflexionar acerca de por qué ocurre eso te hará ver las cosas de otra manera. Tranquilízate, relativiza la situación, sácale el lado positivo y plántale cara.

La confianza es vital. Piensa que el dentista será tu aliado. Es necesario que ante él te sientas cómoda, relajada y que te inspire confianza. Pregunta todas las dudas que te inquieten, analiza cómo trabaja, cómo es el trato. Siempre bajo tu perspectiva sabrás si es o no el dentista ideal para ti.

Intenta llegar a la hora a la que tengas la cita. No es necesario que llegues antes, así no tendrás que esperar mucho. La sala de espera puede provocarte ansiedad y además empezarás a darle vueltas a la cabeza (nada bueno). Intenta también coger la cita a primera hora, de esta forma no tendrán ansiedad a lo largo del día. Cuánto antes te lo quites de encima, mejor.

Que en tu primera visita al dentista te van a hacer un empaste, o una ortodoncia, o te van a anestesiar, la verdad, no ayudará mucho superar tu fobia. Aprovecha para hacerte una simple revisión, como mucho una limpieza. Ten en cuenta que es la primera vez, así que no te metas en algo complicado que pueda agravar tu ansiedad.

Cuando te sientas cansada o molesta, dilo. No pasa nada. Y si antes comenzar avisas de lo que te pasa, mucho mejor. Seguramente te ayude a superarlo y a relativizarlo, y te tranquilice. No sientas vergüenza.

No olvides tu música. Puede ser un buen aliado mientras el dentista hace su trabajo. Es una buena forma de salir “del mundo dentista”. Así el tiempo se pasará más rápido, y el mal trago también.

Si consideras que tu problema es bastante más grave y que tu ansiedad es incontrolable, plantéale a tu dentista la posibilidad de la sedación. No tiene efectos secundarios, y puede ser útil para paliar tu odontofobia.