Cómo evitar que las manzanas se oxiden
El efecto del oxígeno hace que las manzanas se oxiden en apenas unos minutos una vez que las hemos cortado. Te contamos cómo retrasar un poco este proceso.
El otoño es época de manzanas. Esta fruta es una de las más populares que existen y está presente en el frutero de cualquier casa. Son económicas, pueden ser muy sabrosas si sabemos cómo sacarles partido y por supuesto también son muy saludables. El dicho popular 'estar más sano que una manzana' no engaña.
A las manzanas se les atribuyen muchas propiedades saludables debido a su alto contenido en fibra, minerales, vitaminas y antioxidantes. Tienen muy pocas calorías (unas 50 por cada 100 gramos), por lo que son ideales si estamos tratando de perder peso o simplemente queremos mantenernos. También destaca su alto contenido en agua (un 80% de la manzana está compuesto de agua) y en antioxidantes, que previenen el envejecimiento prematuro de la piel, entre otras bondades. Por si fuera poco, a todo esto se le suma que es efectiva contra las enfermedades cardiovasculares gracias a la pectina.
Sin embargo, tiene un gran contra, y es que una vez que la cortamos, se oxida inmediatamente. Esto sucede 'por culpa' de los fenoles que se encargan de protegerla contra bacterias y hongos. Cuando la manzana queda expuesta al aire, el polifenol oxidado desencadena una reacción química junto con el oxígeno que da lugar a ese pigmento marrón. Esa capa es la que actúa como protección.
Esto se da especialmente en el caso de las Red delicious que se oxidan mucho más rápido que otras variedades como las Granny Smith y las Golden. Por suerte, hay 6 trucos que podemos poner en práctica para tratar de retrasar este proceso. Te contamos cuáles son.
Mételas en agua fría
Si vas a utilizar la manzana en alguna receta como una tarta tatin, un bizcocho de manzana u otro plato y para ello necesitas cortarla en rodajas, apunta este truco. Cuando la hayas pelado y cortado, mete los trocitos en un bol con agua fría y cúbrelo con un poco de papel, de esta manera evitarás que salgan a la superficie y entren en contacto con el aire, que es precisamente lo que provoca la oxidación.
La sal es muy útil para conservar alimentos de manera natural. En el caso de la manzana no iba a ser diferente, y es una gran aliada para evitar la oxidación. Diluye media cucharada de sal en 1 litro de agua fría y sumerge los trozos de manzana en dicha mezcla durante aproximadamente 5 minutos. Después retíralas y enjuágalas con agua. Verás que de este modo conservarán su color natural durante un poquito más tiempo.
Uno de los mejores remedios para retrasar la oxidación de la fruta (ya sea una manzana, una pera o un plátano) es echar mano de la miel. La miel ralentiza el proceso de oxidación puesto que tiene un compuesto químico que impide la reacción química de los fenoles con el oxígeno. Para beneficiarte de esta propiedad, llena un bol con agua y agrega dos cucharadas de miel. Remueve bien la mezcla, mete la manzana y déjala sumergida durante unos minutos. De este modo, la fruta aguantará hasta 8 horas como recién cortada.
El limón es mano de santo para retrasar la oxidación de las frutas. Para beneficiarte de sus propiedades, exprime unas gotitas sobre la manzana cortada y deja que actúe durante 5 minutos. Después enjuágalas y mételas en la nevera. Con este truco te durarán las manzanas frescas 12 horas.
Al igual que el limón, las bebidas carbonatadas contienen ácido cítrico, por lo que son una buena opción para prevenir la oxidación de la fruta. Solo tienes que mezclarlo con agua y meter la fruta en dicha solución.
Si te ha sobrado la mitad de una manzana y quieres guardarla para más tarde, una buena solución es cubrir bien la fruta con papel film. De este modo evitas que entre en contacto con el aire y se ponga marrón. Recuerda que si queda algo de aire en el interior, la oxidación se producirá de todas maneras.