Trucos para que la tempura te salga perfecta
La fritura en tempura es una de las técnicas de cocina más usadas en Japón. ¿Quieres hacerla en casa? Te damos las claves para que quede crujiente, ligera y deliciosa.
No solo de sushi y ramen vive la gastronomía japonesa. La tempura es una de sus técnicas de cocina más utilizadas y consiste en un rebozado ligero, nada graso y muy crujiente. Normalmente la preparan con verduras (batatas japonesas, setas, raíz de loto, calabaza y berenjena) y mariscos como langostinos. Si quieres hacerla en casa, tienes que saber que es fácil de preparar, pero tiene sus propios trucos para que quede bien.
El secreto para conseguir una buena tempura no es otro que tener práctica, manejar bien la masa (que haremos con agua muy fría) y controlar la temperatura del aceite. Te contamos todo lo que tienes que saber para que quede deliciosa.
La harina
Aunque hay harinas específicas para la tempura, normalmente se suele hacer con la de trigo. También puedes utilizar harina de arroz o de maíz si quieres que la tempura quede todavía más crujiente.
Al ser un plato que se come de un solo bocado, la medida de los ingredientes son porciones que podamos agarrar con los palillos, mojarlos en la salsa y que nos quepan en la boca sin tener que cortarlos. En cuanto a los ingredientes a rebozar, puedes elegir casi cualquiera que quieras, pero ten en cuenta que si vas a usar espárragos, judías o zanahorias, has de escaldarlos previamente. De este modo, al freírlos rebozados se cocinaran un poco antes de que se dore la masa. Hortalizas como el calabacín y la berenjena son ricas en agua, por lo que te recomendamos cortarlas en rodajas y dejarlas con sal durante unos minutos para que "suden". Así no ablandarán la tempura cuando se vayan a freír.
La masa de la tempura lleva solo tres ingredientes: harina, huevo y agua. Lo más importante es que el agua que utilicemos esté no simplemente fría, sino casi congelada. Te recomendamos que introduzcas el recipiente con la pasta dentro de otro cuenco con cubitos de hielo. Además, hemos de realizarla en el menor tiempo posible y sin dejarla reposar, mezclando la harina (mejor si previamente la tamizamos), el huevo y el agua muy fría. El resultado debería ser una masa con una textura similar a unas natillas.
Los alimentos se sumergen impregnados de una ligera capa de masa y se fríen en aceite vegetal caliente (alrededor de unos 180ºC y 200ºC). Un truco para saber si el aceite está bien caliente es echar unas gotitas de la masa en el aceite, si se quedan en el fondo es que está frío. Además, es recomendable freír pocas piezas a la vez, para que al aceite no se enfríe. Si tienes un wok, puedes usarlo para freír, pero también sirve una sartén grande y honda. Fríelos durante un minuto o hasta que veas que empiezan a subir a la superficie y estar doraditos. A diferencia de otros fritos, la tempura ha de servirse inmediatamente. Intenta que todos los comensales estén a la mesa para que puedan tomar la tempura recién frita.