Trucos para “salvar” una olla quemada
A todos nos ha pasado que se nos ha ido el santo al cielo o hemos puesto el fuego o la vitro demasiado fuerte y se nos ha pegado la comida. El resultado, cuando estamos cocinando con una olla, es que el fondo se queda negro y con restos de comida quemada que se resisten a salir, ¿verdad? Tenemos la solución.
Aunque el primer impulso suele ser coger una paleta y raspar el fondo, lo cierto es que no es la mejor opción, ya que solo lograremos rayar la olla. Por eso, te proponemos un truco mucho más efectivo: echa detergente líquido en la olla y añade un vaso de agua. A continuación, introduce una toalla de papel y déjala dentro de la mezcla durante una hora, aproximadamente.
Pasado ese tiempo, retira la toalla de papel y comprobarás que gran parte de los restos quemados salen con facilidad. Mete la olla debajo del chorro de agua del grifo y lo que quede de restos pegados desaparecerán.
Para rematar, termina de limpiar la olla como harías normalmente y… ¡lista! Olla como nueva.
Otro truco efectivo
Si el truco anterior no ha terminado de convencerte, no pasa nada. Tenemos otra opción para salvar tus ollas: el vinagre será tu aliado. Después de retirar los restos quemados de comida que puedas con papel de cocina, echa en la olla vinagre hasta cubrir el fondo. Caliéntalo hasta que hierva y después retira del fuego o el calor para que se enfríe. Una vez frío, pasa una esponja extendiendo el vinagre y comprobarás que los restos quemados salen con facilidad. Además, el aroma del vinagre neutralizará el desagradable olor a quemado.