Hay algunos alimentos que no pueden faltar en el congelador porque son auténticos seguros de vida. Te arreglan cualquier descosido, especialmente los que se producen cuando menos te lo esperas, algo que suele coincidir en plenos días festivos, con todos los comercios cerrados. La famosa ley de Murphy. Pero hay formas muy eficientes de combatir el impacto de esta en la cocina, y una de las más eficientes es tener siempre en casa una pechuga de pollo, fileteada o no. Esto último es lo de menos. Lo importante es que abras el congelador en ese momento de crisis absoluta cuando te ves sin comida y que se te iluminen los ojos al encontrarla.
La primera parte del problema la tienes superada, pero todavía te toca decidir qué hacer con ella. Aunque, la verdad es que no se le puede llamar problema a la segunda parte de la frase, como te vamos a demostrar en este texto. No importa el tiempo y la prisa que tengas, sino que tengas buenas ideas en las que inspirarte y que las copies tal cual o modifiques ligeramente en base a lo que tengas en la nevera.
Nuestra primera intención ante una “operación pechuga de pollo” de urgencia es filetearla y hacerla a la plancha con unas hierbas provenzales por encima, lo cual está fenomenal y es sanísimo pero, no nos engañemos, puede ser algo aburrido. A buen seguro te apetecerá darle una vuelta de tuerca a cómo cocinar la pechuga, y es en este paso de la ecuación en el que acudimos nosotros al rescate con estas ideas para sacarle todo su partido, que es mucho más del que crees, a algo tan básico.
Basta tener la mente un poco abierta o simplemente leer con atención estos trucos porque muchos de los consejos que te vamos a dar fueron inventados hace tiempo y no son nada complicados. Solo es cuestión de echarle un poco de imaginación para dar con diferentes fórmulas que te harán explotar este clásico de la cocina cuya versatilidad es aún más amplia de lo que piensas. Nunca volverás a tomar el pollo igual.
Bocadillo
Hay quesos gallegos como la Denominación de Origen Protegido Arzúa-Ulloa o primos hermanos portugueses como el queso de la sierra de la Estrella que están muy ricos al natural, con membrillo y también en bocadillo sobre un filete de pechuga de pollo. Corta una lámina fina y cuando le quede muy poco al pollo ponlo encima del filete mientras se cocina para que así se derrita ligera

Pollo a la cerveza
Si tienes tiempo, guisar la pechuga de pollo es también garantía de éxito. Puedes hacerlo con alguna salsa asiática, o también puedes inspirarte en la cocina de centro Europa para ser un poco más original al cocinarlo con cerveza.

Ensalada
Estarás pensando en la César en cuanto has leído la propuesta de que lo cocines en ensalada, pero la pechuga de pollo combina como pocos ingredientes con el la hoja verde como la espinaca e incluso con las legumbres como los garbanzos. Y sin necesidad de empanarla. Con un chorrito de vinagre de Módena tienes un plato rápido de sobresaliente.

Con especias
Desde utilizar las hierbas provenzales para darle un aire distinto si no quieres más que hacer la pechuga a la plancha hasta a cocinar una receta rápida y rica de pollo al curry. A las especies tradicionales se suman cada vez más variedades llegadas de fuera, y el pollo es el mejor folio en blanco para experimentar con ellas.

Fajitas
Una de las comidas que más gustan a los jóvenes y que tú puedes hacer mucha más saludable en casa. La pechuga de pollo, además, brilla con luz propia en este plato. Puedes ser fiel al estilo mexicano o probar con un toque nacional. ¿Cómo? Pochando verdura muy despacio, sin prisa, para que el resultado sea tipo pisto, y añadiendo sobre la mezcla de verduras la pechuga de pollo picada. Buenísimo.

Fingers
Cortar la pechuga en fingers y envuélvelos en una mezcla en la que incluyas cereales clásicos machacados o frutos secos como la almendra. Y para terminar de ser originales, no los frías, mételos en el horno que también están buenísimos y son más saludables.

Pasta
Saltear una pechuga de pollo al gusto, utilizando cualquier recurso a mano, como darle sabor con alguna especie o mezclándola con alguna verdura y con un puñado de frutos secos como los anacardos, y añadiendo posteriormente el resultado a tu pasta favorita es una forma bien sencilla de sacar partido a esta pieza del pollo.

Pizza
Al igual que ocurre con las ensaladas, es tan versátil la pechuga de pollo que no solo va bien en la pizza, sino que lo hace en muchísimas combinaciones. La tipo barbacoa es un clásico infalible, pero no lo es menos en cualquier mezcla que incluya pimientos, por ejemplo. Hasta la pizza de pollo con piña tiene una legión de defensores.

Salteado oriental
Hacer un salteado de pollo con arroz estilo oriental en el wok siempre es una gran idea, y muy rápida. Toma un puñado de anacardos y un poco de brócoli, y mezcla todo bien con alguna salsa de soja que sea casera o una versión industrial sin azúcar añadido y súmale el arroz para dar un golpe a la mezcla toda junta una vez esté el cereal cocido.
