En el anterior capítulo de Hermanos, Süse quiso contarle a Tolga la verdad sobre lo ocurrido con Leyla, pero un coche la atropellí y evitó que la joven pudiese confesar lo sucedido. La imagen de Süse, ensangrentada, nos dejó a todos ojipláticos.
En el capítulo de hoy, Tolga recupera el conocimiento y corre a ver cómo se encuentra Süse. Akif y Ogulcan, que han presenciado el atropello, también, se acercan a la joven. Rápidamente, trasladan a Süse al hospital, donde es atendida por los doctores.
Cuando Ömer se entera de lo que le ha ocurrido a su novia, acude raudo a la clínica. Llega justo en el momento en el que los médicos van a comunicar el estado en el que se encuentra la paciente. Por fortuna, Süse está bien. Sus heridas no revisten gravedad y podrá regresar a casa..

Cuando se despierta, Süse pide hablar con Tolga y Ömer. Sigue empeñada en contarles la verdad, pero Ogulcan lo evita. El joven se disculpa con Süse y le pide que calle, pues es mejor no remover el pasado. Ambos sellan su reconciliación y Ömer es testigo de este bonito momento y sonríe, muy feliz.
Por otro lado, Ahmet castiga a Sarp quitándole las tarjetas de crédito por la trampa que le tendió a Orhan y, además, le obliga a trabajar en el club de camarero. El comienzo del joven no es nada bueno y eso que Ömer se esfuerza en ayudarle. La tensión entre los dos es palpable.
De repente, una panda de matones monta un espectáculo en el local y Sarp se ve obligado a echarlos. Estos se vengan de la humillación sufrida a la salida del bar, golpeando a Sarp fuertemente. Ömer sale en defensa de su hermano y los dos consiguen doblegar al grupo.

Mientras, Ahmet sigue empeñado en echar a Sevval de su casa, pero sabe que no puede hacerlo hasta que esta consiga un buen empleo. Por su parte, Sevval no está dispuesta a abandonar su hogar familiar tan fácilmente y, además, de malograr cualquier entrevista de trabajo que le consigue Ahmet, le hace creer a Süzan que ha mantenido relaciones con este último gracias a unas fotografías manipuladas.
Por otra parte, los hermanos Eren y sus amigos se apuntan a un concurso de música cuyo premio son 50.000 liras. Quieren el dinero para dárselo a Orhan y que pueda comprar un negocio de fontanería que se traspasa en el barrio. El grupo no gana, pero su vídeo de presentación acumula muchas visitas en internet y un productor musical quiere que graben un disco con él.