“Utilícelo como martillo, déjelo caer, golpéelo, hágalo pasar del hielo al agua hirviendo”. Esto decía la publicidad de Duralex hace décadas, cuando estas vajillas de vidrio templado transparente monopolizaban las cocinas españolas.
Fundada en 1945, estas vajillas de origen francés deben su nombre a la máxima latina: "Dura lex, sed lex”, que traducido al castello quiere decir lo siguiente: "La ley es dura, pero es la ley”. Su fama de indestructibles, por lo tanto, se forjó desde el mismo nombre de la marca, y lo cierto es que caló porque eran la principal virtud que explotaron durante años para dominar a su antojo el mercado español.
Lo curioso es que se inventaron casi sin querer sus piezas de vidrio templado. Fue la marca de coches Saint-Gobain, que había desarrollado un método para aumentar la resistencia de los cristales utilizando la citada técnica de vidrio templado a 700 grados y enfriado justo después quien desarrolló las vajillas de Duralex, fundando esta marca a mediados de la década de los 40 del siglo XX.

En los 70, 80 e incluso en los 90, todos comíamos en estas vajillas, sobre todo si ibas a casa de los abuelos. Solo cambiaba el color del vidrio: en unas casas optaban por el azul, en otras por el verde y en la mayoría, la de los Alcántara en Cuéntame incluida, por el ámbar. También las había y las hay totalmente transparentes.
Varias generaciones de españoles crecieron desayunando con sus tazas, cogiendo las galletas maría de sus platos cuando las abuelas las tenían en la mesa en cuanto oía a sus nietos despertarse, y disfrutando de los guisos familiares en sus platos hondos de estética minimalista, hoy ya retro.
Después de unos años en el ostracismo, sobre todo al final de los 90 y los primeros 15 años de este siglo XXII, Duralex llegó a estar al límite en el año 2020. Al borde la quiebra. Solo tres compañías se interesaron por adquirirla, y finalmente lo hizo International Cookware, que la compró por 3,55 millones de euros en enero de 2021.
Un excelente plan de relanzamiento había conseguido devolver a Duralex a la primera plana de las tendencias. En estos últimos meses cada vez se veían más sus diseños renovados pero muy vinculados a sus vajillas originales en mesas dignas de miles de likes en Instagram. Sin embargo, la marca acaba de anunciar hace unos días que detendrá la producción en su única planta abierta actualmente, situada en Orleans (Francia).
Los 250 trabajadores que tiene Duralex en su planta de producción pasarán a estar desempleados, si bien cobrarán el 95% de su sueldo a través de las medidas del Gobierno francés.
¿Será el adiós definitivo de Duralex?
La única buena noticia es que este parón en la producción de Duralex es temporal. Al menos, eso es lo que ha confirmado la propia compañía, que suspenderá su actividad desde el 1 de noviembre durante 4 meses.
El motivo es el alto precio de la energía, tal y como el presidente de la marca, José Luís Llacuna, ha explicado en Catalunya Ràdio. "En condiciones normales, los precios en el modelo energético de la fabricación de vidrio podían representar entre un 5-7% de los costes energéticos de la facturación. Ahora están en un 46%. Un 46% de nuestra facturación es energía, es inviable", ha señalado.
Ante una situación así, la empresa ha tomado la decisión de parar la producción, por lo que el adiós de Duralex todavía no es definitivo. Habrá que estar atentos en unos meses a la decisión que toma la compañía francesa y, por si acaso, es hora de adquirir sus productos si tú, cómo lo eran (y lo son) nuestros abuelos, eres una adicta a sus vajillas. Ya no solo porque sean “irrompibles”, sino porque tienen una carga simbólica que ninguna otra vajilla podrá tener jamás.