La codorniz es una carne blanca considerada un producto de mucha calidad en la cocina, pero el pollo de este animal, por muy viral que se haga, no tiene cabida en la cocina. La codorniz se come, vaya que si se come, pero no sus pollos. No es como el lechal o el chivo, por ejemplo.
En las últimas horas se ha hecho viral la cría de esta ave migratoria que visita España en otoño procedente de África. La codorniz común, que no la japónica, incluida en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras, suele poner sus nidos en el suelo, en zonas como campos de cereales de provincias como las dos Castillas, Andalucía o Murcia. Y ha sido un vídeo compartido por un agricultor de Tierra de Campos donde se ve cómo las cigüeñas aprovechan la siega para cazar pollos de codorniz lo que ha hecho que hecho que sea viral en las últimas horas.

Así que no, el pollo de la codorniz no se come. Otra cosa bien distinta son sus huevos, que enamoran a cocineros como Dani García, que los utiliza a menudo en sus recetas tradicionales, y sus ejemplares adultas, incluidas en menús de restaurantes de nivel, aunque suele prepararse sobre todo escabechada.
Este pequeño ave de carne suave, magra y sabrosa pertenece a la familia de los faisanes y las perdices, que también son productos que suelen prepararse en escabeche en aquellas zonas donde son típicas, como en los alrededores del parque Nacional de Despeñaperros —en el restaurante Mesón Despeñaperros, una parada obligada en el viaje Madrid-Andalucía, puedes probar el faisán escabechado, por ejemplo—.
La codorniz común no vive mucho, apenas tres o cuatro años, incluso algo menos, pero en la temporada de caza que arranca en otoño son los ejemplares adultos, de pequeño tamaño por cierto, los que generan un interés para fines culinarios. También es cierto que en otoño, cuando se pueden cazar estas aves, no hay crías, ya que las aves ponen los huevos en primavera, de ahí que los pollos de la codorniz crezcan rápido, igual que los de otras aves, entre el final de la primavera y el verano. Solo a veces se prolonga hasta septiembre, nunca hasta el otoño.

Cómo aprovecharla en la cocina
La codorniz, fuente de proteínas y nutrientes, es una carne saludable al ser blanca que ofrece distintas alternativas en la cocina.
Como decíamos, escabechada es ideal para acompañar una ensalada de tomate, por ejemplo. Pero también se puede cocinar al horno, como cualquier otra ave, o fritas, ya que quedan muy crujientes. Puedes probarla, si tienes barbacoa en casa, a la brasa. En definitiva, acepta técnicas que también encajan con el pollo.

Además, no solo se come la carne de este ave que se alimenta de insectos, semillas y granos, sino que también los huevos se aprovechan en múltiples recetas. Son muy reconocibles por esa tonalidad oscura e irregular de su cáscara que es tan característica y por su tamaño, más reducido que el huevo de gallina.
El sabor, por su nunca lo has probado, es similar al del pollo, aunque más sabroso porque se cría en libertad, cosa que no hacen la mayoría de los pollos que llegan a nuestra boca. Además, tiene cierto parecido también con el pato.