El juicio contra Alec Baldwin ha comenzado con la presentación de pruebas visuales impactantes que revivieron los últimos momentos de vida de la fotógrafa involucrada. El primer día del juicio, el jurado popular fue testigo de las imágenes capturadas por una cámara corporal de un agente, las cuales mostraban la escena dentro de una iglesia donde se estaba filmando una película.
En el interior del set, cinco personas rodeaban a la víctima, quien aún estaba viva pero en estado crítico, tras ser alcanzada por una bala real que no debía estar allí. Alec Baldwin, visiblemente tranquilo en las imágenes, incluso pidió un cigarrillo para calmar sus nervios. El actor se encuentra bajo sospecha, como lo indicó un oficial en su testimonio: "Me dijo que él tenía el arma y alguien de producción me dijo que el señor Baldwin apretó el gatillo".

Durante la sesión, el actor de Hollywood mantuvo un semblante inexpresivo, pero mostró incomodidad ante el relato de la fiscal Erlinda Johnson. Ella argumentó que el actor no siguió los protocolos de seguridad y que su negligencia resultó en el disparo fatal. "Uno de los problemas fue que el acusado no respetó los protocolos de seguridad. Apuntó el arma a otro ser humano y disparó. Un completo descuido de las reglas de seguridad básicas", afirmó Johnson, mientras Baldwin se cubría la cara con la mano.
Si se le encuentra culpable, Baldwin podría enfrentar una condena de hasta 18 meses de prisión. La defensa, encabezada por el abogado Alex Spiro, sostiene que la tragedia fue un accidente. Spiro argumentó: "Aunque haya disparado de forma intencional, eso no lo hace culpable de homicidio porque no había razón para saber que en la pistola había una bala de verdad. En un plató de cine, los actores tienen permitido apretar el gatillo, están actuando".

Para reforzar su defensa, Spiro presentó una recreación de la escena del rodaje. En ella, Baldwin desenfundaba rápidamente el revólver con la mano izquierda y preguntaba a los cineastas si lo hacía bien o si debía hacerlo más rápido. Fue durante uno de esos movimientos que el arma se disparó. Baldwin, de 66 años, ha insistido en varias entrevistas que no apretó el gatillo, sino que el arma se disparó sola después de amartillarla.

Spiro también apeló a la historia del cine y al uso de armas en películas del género Western para contextualizar el incidente. "Es un elemento teatral, en el cine y la televisión desde los tiempos más antiguos", dijo, mencionando ejemplos icónicos como Espartaco y Apocalypse Now para sensibilizar al jurado.
El rancho en Santa Fe, lugar de la tragedia, ha sido escenario de numerosos tiroteos ficticios en producciones cinematográficas, justificó el abogado. Baldwin enfrenta dos cargos de homicidio involuntario. Uno lo acusa de "total desprecio o indiferencia por la seguridad de los demás" y el otro por su "uso negligente de un arma de fuego", pero solo puede ser condenado por uno de ellos.