Mientras Blake Lively disfruta del concierto de Taylor Swift en el Santiago Bernabeu de Madrid, su esposo, el actor Ryan Reynolds, ha revelado una de sus experiencias más personales como padre. En una reciente entrevista con su amigo y colega, el actor Hugh Jackman, Reynolds habló sobre cómo su lucha contra la ansiedad le ha proporcionado herramientas valiosas para criar y educar a sus hijos, convirtiéndose en un excelente padre.
Reynolds, padre de cuatro hijos junto a la actriz Blake Lively, explicó cómo la ansiedad le ha enseñado a manejar situaciones con sus hijos de una manera más empática. "Ahora amo tener ansiedad, amo haber tenido ansiedad. Porque cuando veo que mis hijos experimentan algo de eso, que probablemente es genético, sé cómo abordarlo", dijo.

Durante la entrevista, también mencionó que en su carrera ha aprendido a canalizar su ansiedad de manera constructiva. "Mi trabajo se beneficia enormemente", afirmó. "Las personas que tienen ansiedad están constantemente pensando en el futuro. Estás constantemente, '¿Y si esto sucede? ¿Y si aquello pasa?' Siempre te estás contando historias. Así que cuando estamos filmando Deadpool & Wolverine, no solo estoy filmando la película, también estoy sentado en el público como un crítico cauteloso diciendo, 'No me gusta eso. No creo en eso'. Así que la ansiedad crea ese ecosistema de conciencia que de otra manera no tendría".
Por su parte, Jackman también compartió cómo ha comenzado a ser más abierto con sus propios hijos, Oscar de 24 años y Ava de 19, sobre la ansiedad. "Solía ser un poco a la antigua. Pensaba: 'No los cargues si estás ansioso'. Digamos que tienes una noche de estreno, o estás presentando los Oscars; durante tres semanas antes, me pongo un poco distante. Y luego alguien me dijo: ‘Pero tus hijos no saben que tienes los Oscars. Tal vez piensan que estás enojado con ellos o que han hecho algo’".

Sin duda, estas revelaciones, especialmente provenientes de figuras internacionales tan destacadas, son cruciales para visibilizar la salud mental en una era donde a menudo dejamos de lado a nuestro "verdadero yo" por intentar proyectar una imagen perfecta ante la sociedad.