10 cosas que debes saber sobre... Billie Holiday

Este año se cumplieron 100 años de su nacimiento. El libro ‘Billie Holiday’ conmemora la fecha ilustrando su vida en blanco y negro.
10 cosas que debes saber sobre... Billie Holiday

Este abril se cumplieron 100 años de su nacimiento, y la reedición del libro Billie Holiday, de Carlos Sampayo y José Muñoz (Salamandra Graphic), pretende homenajear este momento, su figura, su historia o quizás su leyenda, entre viñetas en blanco y negro.

10 cosas que debes saber sobre ella

1. Vino al mundo como Eleanora Fagan un 7 de abril de 1915. Su madre sólo tenía 13 años. Su -aún supuesto- padre, guitarrista, las abandonó pronto para iniciar su carrera; a duras penas la reconoció.

2. A los 10 años, después del colegio, cuidaba bebés, fregaba escaleras y también echaba una mano limpiando en un burdel de su barrio. Algunos días de la semana hasta cedía su sueldo por el favor de escuchar a Louis Armstrong y Bessie Smith en la vitrola de la sala donde los clientes esperaban.

3. “Puedes ser una puta y aun así no quieres ser violada. Es lo peor que le puede pasar a una mujer, y a mí me estaba pasando a los 10 años”, cuenta en sus memorias. Efectivamente, un vecino le hizo lo que su primo Henry ya había intentado cuando era aún más pequeña. A él le cayeron 5 años, y a ella, extrañamente, otros 2 en una institución católica, un correccional.

4. “Tuve la oportunidad de convertirme en una fulana de 20 dólares el polvo y acepté”. Fue a la cárcel unos meses por ello, a los 14 años. Al salir, desesperada por ganar algo de dinero fijo y pagar el alquiler de ella y su madre hizo una audición como bailarina y “fue lamentable”, pero el pianista se apiadó de ella y le permitió cantar. Dejó en silencio a todo el local. Consiguió 2 $ por esa actuación, pero también un trabajo diario.

5. Ya descubierta y reconocida, su carrera fue prolífica: en una década grabó más de 200 canciones; y aún entonces tenía que entrar por la puerta de atrás, por ser negra: “Puedes ir vestida de raso, con gardenias en el pelo, y no ver una caña de azúcar en kilómetros a la redonda y aun así seguir trabajando en una plantación”.

6. De eso habla Strange Fruit, -de la discriminación racial, de los linchamientos y los ahorcamientos a los afroamericanos en el sur de los Estados Unidos, toda una insignia musical por los derechos humanos y según la revista Time, la mejor canción del s. XX- que se atrevió a cantar frente a un montón de blancos atónitos. Fue tan intenso que, cuando salió del escenario, acabó vomitando.

7. Era una mujer de color, famosa y con antecedentes, pero la persecución policial fue mucho más descarada cuando le sumó a todo ello la condición de drogadicta. Volvió un año a la cárcel por posesión de heroína, y le impidieron actuar en los clubes, la mayor condena que pudieron imponerle.

8. Muchos dicen que la falta de su padre desde la infancia truncó ya su vida romántica. Su primer marido, el trompetista Jimmy Monroe, se movía en el mundo de la droga y la engañaba (de ahí nació Don’t Explain) y el segundo, Louis McKay, casi un mafioso, se aprovechaba de ella y le pegaba (tóxica dependencia que narra My Man). De hecho, una gran fan, Linda Kuehl, recopiló entrevistas y documentos para montar su gran biografía (Con Billie Holiday. Una biografía coral, de Julia Blackburn) y entre ese material se encontró una grabación telefónica donde McKay decía: "No voy a permitir que nadie me tome el pelo, con lo bien que me he portado con ella… si tengo una puta, tendré que cogerle el dinero, si no ¿para qué me sirve tener una?".

9. Dictó sus memorias, Lady sings in blues, 3 años antes de morir, sin escatimar detalles de su violenta vida. Su sufrimiento era su sello (las canciones siempre debían ajustarse a su tono melancólico), y éstas memorias, en parte, una forma de preservar su leyenda y así, quizás, devolverle el pase de nuevo a los locales, de nuevo a la música.

10. Murió a los 44 años en el hospital, sin más compañía que su querido perro Mister y aún custodiada por la policía. Su voz y su figura no eran ni la sombra de lo que habían sido, apenas le quedaban 70 cts. en la cuenta, pero 10.000 personas que aún la admiraban fueron a despedirla al velatorio.

Billie Holiday, de Carlos Sampayo y Jose Muñoz

Otras pildoritas curiosas

1. Solía llevar gardenias en el pelo, un símbolo que la ha seguido representando hasta ahora. Se dice que se las puso por primera vez para disimular un mechón quemado, se las compró a una niña que vendía flores en la puerta del local donde debía cantar.

2. Siempre que podía iba al cine, a ver las películas de la actriz Billie Dove. De hecho, su nombre artístico se lo debe en parte a ella y a su padre. De niña, él decía que parecía un chico y la llamaba Billie; pero a ella nunca le importó: le recordaba a su ídolo.

3. Su disco favorito era West End Blues, de Armstrong; le encantaba escucharlo en la vitrola del burdel.

4. Sus mejores amigos eran sus perros. Tuvo hasta 6. Cocinaba para ellos, los llevaba en su propio abrigo y les vestía con las mejores ropas, incluso a uno de ellos llegó a enterrarle, al morir, arropado con su mejor abrigo de visón. Pero su gran alma gemela fue Mister, su boxer, que estuvo con ella hasta el final.

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