Ver a un padre agachándose para hablar con su hijo, mirándole atentamente a los ojos mientras el pequeño trata de comunicarse con nosotros, no es algo nuevo ni extraño.
De hecho, este procedimiento que lleva realizándose durante generaciones, tiene, desde hace décadas nombre propio y es en realidad, un método de crianza.
Es lo que se conoce como ‘escucha activa’. Este método, fue desarrollado a finales de los años cincuenta por los psicólogos estadounidenses Carl Rogers y Richard E. Farson, y propone principalmente que atendamos e intentemos entender cada una de las palabras de nuestro interlocutor.
Este método de crianza, no sólo fortalece el vínculo entre padres e hijos, sino que además ayuda a los progenitores a comprender y corregir las rabietas, berrinches y malos comportamientos.
La ‘escucha activa’, favorece a su vez el desarrollo de las capacidades cognitivas del pequeño, a la vez que ayuda a mejorar su autoestima y los niveles de empatía de los niños.
El pequeño príncipe George, sexto en la línea de sucesión al trono en la Corona Británica, está recibiendo este tipo de educación por parte de sus padres.
Si nos fijamos, en cada una de sus apariciones, tanto el príncipe Guillermo como como la duquesa Kate Middleton, procuran ponerse a la altura del pequeño para ayudarle a comprender el complicado mundo de los adultos.
El Duque de Cambridge no duda en arrodillarse y acercarse a su hijo cuando tiene que comunicarse con él, olvidando a veces, que ante todo, debe ser Príncipe antes que padre.
Su abuela, la reina Isabel II no tiene ningún tipo de reparo en recordárselo y los tres, protagonizaron un divertido momento cuando la Reina madre reprimió a su nieto durante el último ‘Trooping the Colour’.
