Cómo hacer una deliciosa compota de manzana y calabaza

Si deseas disfrutar de un postre ligero, suave y delicioso, muy fácil de hacer en casa durante las tardes de otoño, no te pierdas esta delicada compota de manzana y calabaza.
Cómo hacer una deliciosa compota de manzana y calabaza

En la cocina alemana, la calabaza redonda de característico color naranja tiene muchísimas variaciones. Y se convierte en un ingrediente muy especial a la hora de elaborar la tradicional compota alemana, o “Kompott” como se dice en Alemania.

De hecho, prácticamente podemos hacer compota con la mayor cantidad de fruta. Y la compota de calabaza y manzana se caracteriza por ser un plato dulce muy común en Alemania, donde es habitual que se sirva con un pudín de sémola conocido con el nombre de Griessbrei, un pudín de vainilla o un pudín de arroz.

Pero el puré de manzana y calabaza es tan versátil que es posible no solo utilizar los ingredientes principales (como es el caso de la calabaza y la manzana). También se pueden añadir otras opciones para mejorar tanto su sabor como su textura.

Receta de compota de calabaza y manzana

Ingredientes:

  • 300 g de pulpa de calabaza
  • 2 manzanas verdes
  • 40 g de miel
  • 10 cl de agua
  • El jugo exprimido de 1 naranja
  • El jugo exprimido de 1 limón

Elaboración:

Comenzamos pelando la calabaza. Seguidamente, cortamos la pulpa de la calabaza en cubos o cuadrados pequeños. Lavamos las manzanas y las pelamos muy bien. Seguidamente, las cortamos en cubos pequeños.

Receta de compota de calabaza y manzana - Foto: Istock

Colocamos los cubos de calabaza y manzana, la miel y el agua en una cacerola. Partimos el limón por la mitad y lo exprimimos, reservando su jugo. Y hacemos lo propio con la naranja, partiéndola también por la mitad y exprimiéndola para obtener y reservar todo su jugo.

Añadimos los dos jugos de cítricos a la cacerola, mezclamos los ingredientes, y cocinamos a fuego lento durante 30 a 35 minutos, revolviendo con regularidad.

Una vez cocida (cuando haya pasado el tiempo recomendado), mezclamos muy bien los ingredientes. Lo transferimos a un cuenco, y dejamos enfriar a temperatura ambiente.

Ingredientes:

  • 300 g de calabaza (una rodaja)
  • 3 manzanas
  • 20 g de mantequilla
  • 1 sobre de azúcar vainillado
  • 2 cucharadas de azúcar
  • ½ vaso de agua

Elaboración:

Comenzamos pelando la rodaja de calabaza. Seguidamente, la cortamos en dados. Lavamos muy bien las manzanas. Luego, pelamos las manzanas y retiramos el corazón (donde encontraremos las semillas). Ahora, cortamos las manzanas en dados.

En una cacerola, vertemos el agua, la mantequilla, la calabaza picada y los dados de manzana. Y añadimos los dos azúcares (tanto el azúcar vainillado como el azúcar).

Cocinamos a fuego medio durante 20 minutos, removiendo de forma ocasional. En caso de ser necesario, sobre todo cuando la preparación empieza a pegarse, añadimos un poco más de agua.

Trituramos con la ayuda de un tenedor, mezclando al gusto.

Para conseguir un cambio agradable en la receta, podemos añadir algunas se las siguientes opciones a la preparación:

  • Ralladura de limón o naranja: Añadir durante la cocción o al final de la cocción en función del gusto personal de cada cual. Eso sí, agregado durante la cocción, la ralladura de limón o de naranja proporcionará un mayor sabor.
  • Frutos secos tostados y triturados: Como nueces, avellanas o almendras tostadas. Ayudarán a proporcionar una textura mucho más crujiente.
  • Especias: Agregadas durante la cocción, proporciona un sabor y un aroma distintos. Algunos ejemplos útiles son la canela, clavo, anís (como el anís estrellado o el anís verde), o el cardamomo.
  • Jengibre fresco: Rallado, puede añadirse al final de la cocción.
  • Coco rallado: Es muy útil para mejorar la textura de la compota, además de añadir algo más de sabor. 
  • Virutas de chocolate: Para un sabor diferente, puedes añadir chocolate negro o blanco. Eso sí, es preferible añadirlas cuando la compota ya se haya enfriado (para evitar que se derrita y se pierda).

La compota de manzana se puede servir fría o tibia. Además, es una opción ideal para acompañar tostadas de pan integral con queso fresco, en platos de carne y verduras asadas (si deseas una opción salada), o como relleno para bizcochos y pasteles.

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