Revista Mía

Las claves del automasaje

Muchas veces el cansancio se apodera de nosotras y necesitamos un buen masaje para relajar el cuerpo. ¡En realidad podemos hacerlo nosotras mismas!

¿Cuántas veces hemos llegado casa llegando deseando que nos den un masaje para relajarnos? Claro que esta idea, la mayoría de las veces, no es posible. Por eso el automasaje puede ser la solución.


El automasaje no solo es posible y efectivo, es antiinflamatorio y liberador de endorfinas. Aunque esta técnica está limitada a ciertas áreas del cuerpo, hay que poner atención en la posición que adoptamos para estar cómodas y no tensionar ninguna otra zona. Las mejores zonas para el automasaje serán aquellas que no nos hagan forzar la postura más de la cuenta. Tenemos que llegar de forma fácil y relajada.


Si ante todo queremos un efecto relajante podemos poner una música suave, darnos antes un baño o una ducha calientes para entonar los músculos, calentar un poquito de aceite (tibio es muy agradable) y nos pondremos manos a la obra.

Cómo realizar el automasaje

Nuestras manos son la mejor y primera herramienta. Comenzaremos abarcando si nos es posible el músculo en su totalidad, así podremos explorar y encontrar puntos dolorosos escondidos o zonas que necesitan especial atención.

También se puede emplear un masajeador de cuero cabelludo, rodillos específicos y unas esferas chinas metálicas con un diapasón para reequilibrar la energía. O simplemente con una pelota de tenis desinflada es suficiente.


Es importante ir de la superficie a la profundidad, relajando las distintas capas del músculo y seguir tanto la dirección de las fibras como el sentido transversal. Trabajar despacio pero sin miedo a profundizar, visualizando cómo se deshace el tejido y la tensión.


Además de relajarnos estos masajes van a sernos muy útiles en caso de tobillos hinchados y piernas cansadas, para alivira el estreñimiento, en caso de calambre muscular y dolores de cabeza.

Por Marisa Caban, especialista de fisioterapia en Doctoralia.

tracking