Revista Mía

Las mejores y peores posturas para dormir

Repasamos los pros y contras de cada una de ellas.

Para gustos se hicieron los colores y las posturas a la hora de dormir, pero, aunque siempre tendremos nuestra postura preferida, sí es aconsejable conocer los beneficios e inconvenientes de cada una de ellas.

No se puede afirmar que ninguna de las posturas habituales a la hora de dormir sea perfecta, ya que sus pros y contras también tienen que ver con cada persona, su anatomía, sus dolencias y, por supuesto, con el tipo y la calidad del colchón y de la almohada.

La recomendación fundamental es que cada persona siga la tendencia natural de su cuerpo, ya que durante las horas de sueño cambiamos varias veces de postura. Sin embargo, los expertos reconocen que, en términos generales,  dormir de lado tiene más ventajas que inconvenientes.

La postura de decúbito lateral facilita la respiración y, por tanto, se disminuyen los ronquidos, se reduce el reflujo y es recomendable para evitar dolores cervicales y de espalda. Para no sobrecargar brazos y hombros deberemos cambiar de lado varias veces a lo largo de la noche y utilizar una almohada alta que mantenga alineada nuestra cabeza con la columna.

Dormir boca arriba, por su parte, no solo es muy habitual, sino que es la postura en la que nuestra columna sufre menos al estar en una posición neutra. Necesitaremos una almohada de grosor medio que mantenga nuestra cabeza alineada con el cuerpo y un colchón que se adapte a la curvatura natural de la espalda. Esta postura es recomendable para evitar las arrugas que aparecen en la cara por la fricción con las sábanas, aunque tiene el inconveniente de aumentar los ronquidos y las apneas del sueño.

Finalmente, podemos decir que dormir boca abajo es lo menos recomendable, ya que es una postura en la que las cervicales y la columna sufren mucha presión. Además, la fricción de la cara y del pecho femenino contra las sábanas puede aumentar las arrugas y nos dificulta la respiración.

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