¿Tienes los dientes grises? Te explicamos por qué

¿Sabes de dónde proviene el color grisáceo de los dientes? Te lo adelantamos: no es por falta de higiene.
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¿Tienes un color grisáceo en los dientes y no sabes por qué? Puede que, en realidad, lo hayas tenido siempre, o se lo hayas visto a tus padres o a algún conocido.

Aunque es cierto que con los años, los dientes van perdiendo su color y luminosidad y que, como explica la doctora Conchita Curull, de la Clínica Curull de Barcelona (clinicacurull.com), "determinados hábitos como el tabaco, el café o el té modificarán también el color original de los dientes", este color no responde a los mismos motivos que los amarillentos: no es por falta de higiene. Los dientes grisáceos pueden responder a dos motivos.

Causas y soluciones

El primer motivo por el que los dientes pueden presentar ese color es "haber tomado en la infancia, cuando se estaban formando los dientes, medicación como la tetraciclina", indica la doctora. Esta medicación se prescribe en casos, por ejemplo, de neumonía o infecciones de las vías respiratorias, y también en tratamientos para el acné. "Según la dosis tomada, el momento en que se tomó y la duración del tratamiento, el tono gris será más o menos intenso, e incluso pueden aparecer rayas en el esmalte con diferentes tonos de gris", explica. En el último caso, se podría conseguir aclarar el tono grisáceo con un blanqueamiento, pero no desaparecerán las rayas. "Sin embargo, si es un color gris muy intenso y oscuro, el blanqueamiento convencional no será suficiente y tendremos que recurrir a las carillas de cerámica si queremos tener unos dientes blancos", continúa.

En el primer caso, puede que ya lo sepas, pues lo habrás tenido siempre. Sin embargo, si te aparece siendo adulta, puede ser consecuencia de un tratamiento de endodoncia (al matar el nervio). "En estos casos, el diente se va oscureciendo poco a poco y conforme avanza el tiempo. Con un tratamiento muy sencillo de blanqueamiento interno podemos aclarar de nuevo el tono del diente", explica Curull.

La higiene dental es imprescindible para que el color no siga modificándose a lo largo del tiempo. Debes tener en cuenta algunos consejos, como usar un cepillo de dientes de dureza media (para no dañar el esmalte) así como no apretar al lavarte los dientes.

Usa hilo dental una vez al día y lávate los dientes de 2 a 3 veces (ya lo sabes: ¡después de las comidas! Así no se te olvidará nunca).

Otros grandes olvidados y fundamentales son "los cepillos interproximales" recomienda la experta, "para limpiar las caras interdentales, que es donde empieza a formarse el sarro que dará un tono amarillo al diente".

El cepillado de la noche, dicen en la clínica, es el más importante del día. Dedícale 2 minutos y acaba, si lo deseas, con un colutorio.

En algunos casos, un truco casero para intensificar el color blanco es el uso de dentífricos blanqueadores, así como, ocasionalmente, el bicarbonato; sin embargo, "son abrasivos y no es bueno abusar de ellos, pues se puede perjudicar el esmalte", advierte la doctora. ¿La opción más prudente? Reducir el consumo de tabaco, café, té, vino tinto, frutos rojos y frutos secos sin pelar.

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