Cómo controlar el eccema
Provoca picores, incomodidad e incluso dificultades para dormir. Aprende cómo controlar el eccema.

Muy frecuente
El eccema es una enfermedad inflamatoria de la piel se caracteriza por picores intensos, enrojecimiento de la dermis -que toma un aspecto rugoso- y pequeñas vesículas que acaban por romperse y formar costras. En los países industrializados, el eccema atópico afecta al 25 % de los niños menores de 7 años. Aparece hacia los 3 meses y ocasionalmente se dispara en la adolescencia. El eccema de contacto puede debutar de forma repentina en el caso de los adultos (como reacción a un perfume, al níquel, al amoníaco de los tintes de pelo) y afecta al 27 % de la población europea. Hay medidas que pueden tomarse para mitigar sus efectos.

Elige un jabón adecuado
La mayor parte de los geles convencionales son de pH alcalino y jabonoso, con “capacidad para deteriorar el estrato córneo y los lípidos que forman parte de la barrera cutánea”, explica el doctor José Manuel Carrascosa, miembro de la Asociación Española de Dermatología y Venereología (aedv.es). Los limpiadores para personas con eccema deben ser soluciones no jabonosas, de pH neutro o discretamente ácido, sin perfumes ni fragancias con potencial irritante y sensibilizante (es decir, con capacidad para producir alergias). En la ducha se pueden emplear esponjas suaves.

Hidrata bien la piel
La recomendación para las personas afectadas pasa por hidratar la dermis con emolientes dos veces al día. Este tipo de productos lucha contra la piel seca y permite ganar en confort. En función del grado de sequedad cutánea, existen texturas más o menos ricas: leche, crema o bálsamo. Para una eficacia óptima, utilízalos después de la ducha con las manos limpias. Y cuidado porque, aplicado sobre algunas lesiones, el emoliente puede ser mal tolerado en ocasiones.

Desconfía del calor
Las altas temperaturas acentúan la sequedad de la piel. Se aconseja que la temperatura del agua al ducharte no sea superior a 32-34 ºC, y que no estés en ese ambiente más de 10-15 minutos. En los edificios “se recomienda una temperatura ambiental de entre 20 y 22 grados”, dice el doctor Carrascosa. Pero recuerda que lo realmente importante es mantener la humedad relativa (con humidificadores) para no agravar la sequedad de la dermis.

Controla el rascado
Es más fácil decirlo que hacerlo, pero el rascado altera todavía más la barrera cutánea y acelera el eccema; además, entraña riesgo de infección. Para intentar controlarlo, lleva ropa de algodón mejor que tejidos sintéticos y utiliza detergentes hipoalergénicos y un buen ciclo de aclarado. El doctor admite que el método más eficaz es el tratamiento precoz con terapias específicas (corticoides tópicos) y la aplicación de cremas emolientes. El uso de antihistamínicos sedantes por vía oral también puede ayudar, pero siempre bajo prescripción médica.

Diversas causas
“El eccema es una inflamación cutánea que puede ser provocada por múltiples causas, tanto externas como propias del individuo. El eccema atópico pertenece al segundo grupo: viene condicionado por una manera de ser del individuo que favorece la sequedad, la sobreinfección por bacterias y la inflamación frente a agresiones comunes. En el eccema de contacto la causa fundamental es la agresión externa, que puede ser una irritación o una alergia”, señala José Manuel Carrascosa.Los laboratorios Sanofi y Regeneron están desarrollando Dupixent, un medicamento que ha demostrado en estudios clínicos su eficacia para reducir el picor y la incomodidad de los pacientes. El producto está en fase de aprobación.