Valeriana, todo en uno
Normalmente la usamos para calmarnos pero, ¿sabes de qué otras maneras nos puede ayudar?
Es segura, no tiene efectos secundarios y más de una vez la hemos usado para calmarnos. Pero, más allá de su efecto relajante, ¿sabes en qué puede beneficiarte esta planta?
Apreciada desde hace siglos (su nombre procede del verbo latino valere -estar bien-), se trata de una planta originaria de Europa y ciertas zonas de Asia. Por su olor, que atrae a los gatos, se conoce popularmente como la hierba de los gatos. “Se utilizan sus raíces, rizomas y estolones. Su composición es muy variable en función de la época de recolección y las condiciones de almacenamiento”, dice el doctor José Jesús Ruiz Joyanes.
Contra los sofocos de la menopausia
Debido a su carácter antiespasmódico, la valeriana también se recomienda frente a los dolores musculares y de las articulaciones, el síndrome de fatiga crónica (SFC), los cólicos menstruales y los síntomas asociados a la menopausia, como los sofocos, el insomnio y la ansiedad. ¿Una solución diferente para este último caso? Preparar un baño de agua templada y agregarle valeriana; favorece la relajación y ayuda a conciliar el sueño.
Sin duda alguna, la valeriana es el relajante natural más conocido. “Se utiliza principalmente por su efecto hipnótico, relajante del sistema nervioso central, algo que es muy de agradecer en periodos de estrés y ansiedad”, agrega el experto. Por esta acción, también es útil para calmar todas las afecciones relacionadas con la ansiedad y el estrés psicológico. Por ejemplo: el asma nerviosa, la excitabilidad, el dolor de cabeza, el malestar estomacal, el miedo a las enfermedades (hipocondría)...
Es otra de las principales indicaciones de la valeriana; gracias a ese efecto calmante, se recomienda especialmente para combatir el insomnio y los despertares nocturnos. Esta acción se potencia cuando se combina con otras plantas de acción similar (la pasiflora y el espino blanco, por ejemplo; en el mercado hay fórmulas herbales con esta composición).
“Además, tiene un efecto antiespasmódico, ya que relaja los músculos lisos al inhibir los canales de calcio de las células, lo que alivia los síntomas del colon irritable”, dice el doctor Joyanes. ¿Cuáles son estos? Dolor abdominal, alteraciones del ritmo intestinal (estreñimiento/diarrea) que cursan con gases, náuseas, vómitos, ardor torácico (pirosis), etc.
Como ocurre con todos los complementos naturales, su acción no es instantánea. “Su efecto se nota gradualmente y sus beneficios comienzan a percibirse cuando ya han transcurrido varios días de estar consumiéndola [unos 5 días]”, explica el doctor. ¿Cómo hay que ingerirla? Puedes tomarla a cualquier hora del día y en cualquier parte, pero “se recomienda hacerlo 2 o 3 veces al día, después de las comidas y especialmente una hora antes de acostarse”, apunta.
“Su mecanismo de acción parece deberse a que reduce la degradación del ácido gamma-aminobutírico (GABA), que es un neurotransmisor relajante”, explica el doctor. La valeriana no agota ni debilita, como ocurre con los tranquilizantes químicos. Por eso, se usa con éxito en los programas para dejar de fumar, ya que calma de forma natural la ansiedad y el nerviosismo que suelen acompañar a la deshabituación.
Por Carmen Sabalete