Todas tenemos una amiga metida hasta la cocina en una relación tóxica. Un amor imposible por culpa de los celos, la inseguridad y el egoísmo de una o ambas partes. Pero, ¿qué pasa cuando no es él, ni tú, sino la familia de tu pareja la que desprende esa toxicidad?
Así es Mundos opuestos, la telenovela turca que arrasa en Divinity y que muestra sin tapujos, las costumbres más arcaicas y machistas de la sociedad turca, en contraposición a una familia de mujeres modernas y liberales que sueñan con un mundo donde todos tengamos los mismos derechos.
Con un elenco encabezado por Sila Türkoğlu, actriz de La promesa (la turca, no la española de La 1) y exnovia de Alp Navruz (Ada Masali), esta ambiciosa producción estrenada en octubre de 2022 en Turquía, cuenta la historia de Doga, una joven que se ha criado entre mujeres feministas que no le temen a nada ni a nadie.
Doga estudia odontología en la universidad y sueña con labrarse un futuro como dentista. Sus ganas de triunfar le vienen de familia y es que su madre, Kivilcim (Evrim Alasya), es la directora de uno de los institutos privados más prestigiosos de Estambul.
Con un futuro brillante por delante y mil sueños por cumplir, la vida de Doga cambia para siempre cuando se enamora de Fatih (Dogukan Güngör), un rico empresario que la deja embarazada cuando solo llevan seis meses saliendo.
A pesar de los consejos de su madre, Doga se niega a abortar, convencida de que Fatih es el amor de su vida. Pero, cuando se casa con él y se muda a casa de su familia, descubre que la realidad es bien distinta. El velo en todas las mujeres de la casa está a la orden del día. Mientras los hombres pasan la mayor parte del día trabajando en la empresa, las mujeres se dedican a cocinar y atender los deseos de sus maridos.
Doga no tarda en descubrir que su familia política no tiene nada que ver con la suya. La muchacha recibe duras críticas por su vestimenta, sus aficiones, su forma de pensar y por supuesto, sus ganas de seguir estudiando aun estando embarazada de mellizos.
Doga cree que Fatih es diferente, pero el empresario empieza a mostrar su verdadero rostro cuando su esposa le cuenta que hará las prácticas en una importante clínica. «Vas a estar todo el día rodeada de hombres, ¿te parece normal?», le dice él, desatando el enfado de Doga, quien se revela volviendo a casa de su madre.
Hombres que mienten
Con más de 60 episodios emitidos (todos ellos disponibles en Mitele Plus), la telenovela se encuentra en el punto más álgido de su historia. Doga acaba de descubrir que su marido -el mismo que le prohibió publicar fotos en las redes sociales en las que apareciera sola porque "incitaba a otros hombres a coquetear con ella"- le ha sido infiel con una atractiva vendedora de coches.
Lejos de comportarse como la esposa abnegada que todo lo perdona, Doga planea vengarse de Fatih junto a su tía Alev, una organizadora de eventos que defiende los derechos de las mujeres con uñas y dientes.
Y hablando de Alev, lo bueno de esta ficción es que cada día pasa algo que te deja con la boca abierta. Resulta que el padre de Fatih, Abdullah, vive ocultando su gran amor por Alev, a quien le saca más de 40 años (Alev no llegará a los 35, mientras él ronda los 70).
Matrimonios forzosos
La semana pasada, Divinity emitió los capítulos más polémicos de la serie, centrados en la boda de Nursema (la hermana de Fatih) y un completo desconocido amigo de su padre. Estos episodios fueron censurados en Turquía debido a la controversia que se generó el día de su emisión por poner el foco en la violencia contra las mujeres.
Imágenes muy fuertes de una joven casándose contra su voluntad provocaron una oleada de críticas en un país que en 2023 se enfrentó al asesinato machista de 332 mujeres. Además, en la serie, cuando Nursema, recién casada, se niega a hacer el amor con su esposo, éste intenta asesinarla tirándola por la ventana.
Poco después de que viera la luz el capítulo, Mundos opuestos se convirtió en la primera serie censurada en el país por un órgano regulador audiovisual que consideró que las escenas "dañaban las buenas costumbres y tradiciones de las mujeres turcas".
La producción fue suspendida durante cinco capítulos y el canal de televisión que la emitía tuvo que pagar una multa de un millón y medio de liras turcas (casi 45.000 euros).
Amores no correspondidos y salud mental
Seguro que ya vas notando que la serie lo tiene absolutamente todo para triunfar. Romances imposibles, infidelidades, traiciones... Y de postre, otra historia de amor que luchará contra un sinfín de adversidades. Las cosas en la familia de Doga se complican aun más cuando su madre, Kivilcim, confiesa que mantiene una relación con Ömer, el tío de Fatih. Un hombre que, a pesar de llevar más de tres años separado, sigue casado con su ex.
Para rizar más el rizo, la serie presenta a Leman, la ex de Ömer, una mujer con graves trastornos mentales que se niega a firmar los papeles de divorcio, llegando incluso a intentar suicidarse.
Si a todo esto le añadimos que Leman vivirá un intenso affair con el padre de Doga, un señor ambicioso, calculador y egoísta que solo busca darle celos a Kivilcim emparejándose con la ex de su novio, nos queda un cóctel de lo más interesante.
Otra multa que pesa en la productora
En los últimos días, la ficción ha vuelto a ser multada, ésta vez por publicidad encubierta. La productora no para de colar productos de limpieza, especialmente detergentes en sus escenas, lo que ha enfurecido a RTÜK, Consejo Superior de Radio y Televisión de Turquía.
