En los capítulos anteriores de Mi nombre es Farah, Farah promete a Ali Galip y al resto de integrantes de la mafia, que se convertirá en una criminal como ellos a cambio de que no la maten. No obstante, para demostrar que lo que dice es cierto, Farah deberá matar a un hombre a sangre día. «Dispara o serás uú quien deje este mundo», le dice Ali Galip.
Tahir no puede permitir que Farah se convierta en una asesina. Sabe que es incapaz de disparar. Así pues, Tahir saca su pistola y es él quien acaba con la vida del hombre que se encuentra ante ellos de rodillas. Ali Galip enfurece ante la traición de su mano derecha. La compasión y el cariño que Tahir siente hacia Farah y su hijo no es del agrado de Ali, que le advierte de lo que podría pasar su sobrepasa ciertos límites.
En el capítulo de esta tarde de Mi nombre es Farah, primo de Alp le exige a Tahir que le dé el nombre del responsable de su muerte, pero Tahir se niega. Este último solo está dispuesto a entregarle una fuerte suma de dinero como indemnización y, para él, el asunto quedará zanjado. «No quiero que te metas en problemas y que me ocasiones a mí más líos», sentencia Tahir.
Más tarde, Ali Galip amenaza a Tahir. «Pagarás un alto precio por tu traición, por habernos abandonado y por tu decisión de dimitir, de dejar la organización y marcharte de aquí», dice Ali Galip. Tahir es consciente de que deberá enfrentar las graves consecuencias que conlleva renunciar a su vida, tal y como la conocía hasta ahora. Por otro lado, Farah se niega a declarar ante ele juez como testigo de la muerte que presenció aquella fatídica noche.
Al día siguiente, Tahir amenaza a sus hombres con acabar con ellos si algo malo se les ocurre hacerle a Farah. El mafioso quiere protegerla a toda costa. Lo que no sabe es que en ese momento, Farah está siendo detenida y la amenazan con deportarla del país si no testifica ante la policía como prometió en un primer momento. Además, la separan de su hijo para presionarla y lograr que cambie de decisión.
