El próximo 22 de noviembre llega a los cines Las chicas de la estación. La película de Juana Macías (creadora de Las abogadas) aterriza en la gran pantalla para poner el foco de atención en un problema tan real como la vida misma: la explotación y trata de menores. La cinta está basada en un caso real, la explotación de tres menores que empezaron a ejercer la prostitución en los lavabos de la estación. Son tres chicas que viven en un centro de menores y sufren la manipulación de una ex interna que las anima a tener citas sexuales para ganar dinero.
Jara, Alex y Miranda son tres adolescentes, ingenuas y vulnerables, que siguen los consejos de "la China" para conseguir dinero fácil y acaban introduciéndose en una complicada y perversa red de prostitución. Las protagonistas adoran la música y su mayor ilusión es ir al concierto de su Trap Queen favorita. Pero, para poder asistir, necesitan dinero...
Las tres han forjado un vínculo indestructible tras el abandono, el rechazo de su familia y la soledad. La prostitución se convierte en la vía de escape de estas jóvenes hasta que una violación múltiple en Nochevieja a una de ellas pone de manifiesto el crítico momento en el que se encuentran. Con un enfoque que muy realista, la película presenta a tres jóvenes interpretadas por actrices debutantes: Julieta Tobío, Salua Hadra y María Steelman.
'Las chicas de la estación' está inspirada en un caso real
Su creadora empezó a darle vueltas a la idea de crear esta película después de leer la noticia sobre la presunta violación de una chica de 13 años publicada en un periódico mallorquín el 8 de enero de 2020. Los jóvenes que violaron a la adolescente fueron condenados a un año de internamiento y 8.500 euros de indemnización para la víctima.
El gran problema aquí reside en que varios agentes de la policía, además de educadores y trabajadores sociales de los centros, sabían perfectamente que había muchos más casos de abusos sexuales a menores tuteladas. Pero, simplemente, miraron a otro lado. Días antes de presentarse el filme en el festival de San Sebastián, en una de las galas de RTVE, Macías reconoció que trata de "una realidad durísima. Una realidad invisible o, mejor dicho, una realidad a la que nadie quiere mirar, y cuando se hace, se tiende a culpabilizar a las víctimas porque tienen problemas feos, porque se escapan de los centros, beben, se drogan… y rara vez se pone el foco en los abusadores".