Esta semana en Sueños de libertad, Isidro, con una mezcla de nostalgia y determinación, le revela a Fina (Alba Brunet) su plan: abandonar la fábrica y regresar al pueblo, dejando atrás la vida que hasta entonces habían construido. Al mismo tiempo, Jesús plantea a Damián unas condiciones estrictas para evitar una alianza con Floral, mientras Digna, desconfiada, pide a Gema que vigile cada paso de los De la Reina. En medio de todo, una celebración inesperada: Mateo y Claudia sellan su amor con una boda apresurada, a pesar de la ausencia notable de sus padres.
Mientras tanto, Luz revela a Begoña la verdadera identidad de Alberto, aunque aún se encuentra indecisa sobre cómo actuar. Por su parte, Fina intenta convencer a Isidro de reconsiderar su decisión. Mientras, Begoña confiesa a Digna que Julia ha recordado el momento en que Jesús disparó. Llega la despedida de Isidro y Fina, cargada de emociones, y Don Pedro, finalmente, se rinde ante el matrimonio de su hijo con Claudia. En otro rincón, Víctor, buscando tregua, ondea la bandera blanca ante Andrés y se disculpa, mientras este le advierte que no se deje cautivar por María en Sueños de libertad.
Fina es un mar de lágrimas en 'Sueños de libertad'

Con el tiempo, la tragedia golpea a Fina en Sueños de libertad: la muerte de Isidro la consume en una profunda culpa. Digna y Luz intentan consolarla, mientras Begoña y Luz buscan desesperadamente cómo ayudar a Julia a superar su trauma. La vida en la pensión se vuelve cada vez más insostenible para Claudia y Mateo, quienes ansían un hogar propio. Y aunque Digna siente la pérdida de Isidro, no cesa en su desdén hacia Damián. Mientras Marta (Marta Belmonte) y las chicas intentan animar a una Fina sumida en tristeza. En la guerra fría entre Andrés, Begoña y Jesús, este último le deja claro a María de qué lado está. Y Luz, por su parte, presiona a Alberto, ansiosa por descubrir los secretos que envuelven el pasado de su madre.