¿Dejo que su Novio Duerma en Casa?
Tu hija lleva un año con su novio y para tu sorpresa, te plantea si podrían dormir juntos en casa el próximo fin de semana. De entrada, la pregunta pone ‘los pelos de punta’. Es una cuestión difícil porque...
Tu hija lleva un año con su novio y para tu sorpresa, te plantea si podrían dormir juntos en casa el próximo fin de semana. De entrada, la pregunta pone ‘los pelos de punta’. Es una cuestión difícil porque tiene que ver, en muchos casos, con valores morales, y pone a los padres en una situación impensable cuando ellos eran jóvenes. Si no sabes cómo reaccionar o qué decir, la terapeuta Rocío Ramos-Paúl (Supernanny) te echa una mano...
Lo primero será dejar claro a los hijos que son los progenitores quienes deciden permitir o no esta situación. Si vuestra ideología o filosofía de vida no contempla las relaciones sexuales fuera del matrimonio y eso es lo que habéis transmitido a vuestros hijos, será difícil romper la norma. En cualquier caso, no está de más saber manejar la situación.
Los hijos crecen y piden cosas. Para acertar, es imprescindible analizar cada circunstancia:
? No es lo mismo una relación que ya dura un tiempo que una nueva.
? No es lo mismo que la petición la hagan a los 16 años (edad de inicio de relaciones sexuales) que cuando tienen más edad.
? No es lo mismo haber tenido cierta relación de cordialidad con la pareja de tu hijo que permitirle dormir en casa sin conocerla.
? No es lo mismo si vamos a compartir residencia en verano que un fin de semana en casa.
Se pueden plantear distintas condiciones, evaluando todo lo anterior. Algunos ejemplos serían:
?Los chavales tienen que llevar un tiempo juntos y vosotros haberos relacionado con él: durante una comida, una tarde de película o alguna otra actividad donde sentiros cómodos y que provoque una charla informal en la que podáis hacer ver a vuestro hijo o hija la diferencia entre una relación ocasional y una estable.
? Dormir en una casa implica, además, respetar en todo momento las normas de convivencia: por ejemplo, comer juntos, hacer vida de familia o respetar unos horarios determinados que siempre fijan los padres. De esta forma podréis observar realmente, y de primera mano, la relación que tiene la pareja. Debéis ser muy claros con vuestro hijo o hija para evitar sorpresas. Y, por ejemplo, si lo creéis necesario, determinar el uso que se hará de las estancias de la casa.
Si ‘la gran conversación’ con vuestros hijos no se ha producido hasta ahora, tendréis que buscar un hueco para hablar de manera clara sobre las relaciones sexuales. Esta puede ser una gran oportunidad para incidir en la importancia emocional que tiene una relación sexual. Incluid las palabras respeto y cariño hacia la pareja, así como los riesgos que entrañan las relaciones sexuales y la forma de evitarlos. Y no olvidéis comentar cómo os hace sentir su petición.
Qué aprendemos.
En este asunto no hay una decisión mejor que otra, depende de las convicciones de cada familia. Puede que la clave esté en evaluar en qué momento están vuestros hijos e ir flexibilizando la norma a medida que vayan sucediéndose los acontecimientos. Tenéis que daros cuenta de que vuestros hijos crecen irremediablemente. Dejan de ser niños. El proceso es un gran ejercicio de negociación y, de paso, una estupenda oportunidad para empezar a hablar con vuestros hijos de adulto a adulto.