La forma en la que hablamos a nuestro hijo puede hacer que consigamos el objetivo deseado o lo contrario. Aprende a educarlo con frases más asertivas y empáticas.
No digas: "¡Anda! Has recogido bien los platos. ¡Vamos a leer dos cuentos!"Di: "Si recoges bien los platos, leeremos dos cuentos"¿Por qué? El niño ganará en confianza y satisfacción en lugar de enseñarle que recibe una recompensa por algo que es su deber. Por: Macarena Orte.
Mientras come
No digas: Tienes que comértelo todo.Di: Quiero que te lo termines todo.¿Por qué? Utiliza siempre expresiones como “quiero”, “me apetece”, “siento”, “creo”, “no quiero” o “no me apetece”, en lugar de adoptar un carácter autoritario.
En el parque
No digas: "Mamá no puede jugar".Di mejor: "Ahora no me apetece, cariño"¿Por qué? Cuando decimos al niño una mentira, éste aprende a decirlas y a ocultar ciertas cosas, a no confiar en su criterio y a evitar hablar con claridad.
Con sus hermanos
No digas: "Si chinchas a tu hermano, te quedarás sin ver los dibujos".Di mejor: "Los niños que se portan bien en la merienda pueden ver los dibujos".¿Por qué? En lugar de centrar la atención en el hecho de molestar a su hermano, se hace en el buen comportamiento y la satisfacción que genera cumplir las normas.
Con sus logros
No digas: "Lo has hecho muy bien, pero puedes hacerlo mejor."Di: ¡Lo has hecho genial!¿Por qué? Cuando utilizamos una situación positiva para demostrar insatisfacción o pedir un poco más, el niño se siente frustrado.
Mientras se viste
No digas: "Muy bien, te has vestido solo. No como otros días".Di: Te has vestido muy bien. ¡Sí señor!¿Por qué? El reconocimiento de lo que ha hecho no debe expresar nunca rencor o despertar culpa.
Con los deberes
No digas: "Lo has hecho muy bien, espero que lo hagas siempre así".Di: ¡Eres una campeona!¿Por qué? El primer comentario, más que una recompensa, expresa exigencia.
Caprichos
No digas: No sigas llorando, no voy a comprarte la piruleta.Di mejor: Entiendo que estés enfadado porque no te compre la piruleta.¿Por qué? Aunque hacer un único comentario empático a un niño enrabietado no disolverá su enfado inmediatamente, insistir con respuestas empáticas a la vez que le calmamos y animamos hará que se tranquilice.
Sin mentiras
No digas: No quedan caramelos.Di mejor: Entiendo que estés enfadado porque no te compre la piruleta.¿Por qué? Siendo sinceros y actuando sin dobleces ni mentirijillas te ganarás para siempre el respeto de tu hijo.Estos y otros muchos consejos para educar a tus hijos te los cuenta el doctor Álvaro Bilbao en su libro El cerebro del niño explicado a los padres.