Revista Mía

5 petit suisse caseros

Te proponemos diferentes versiones que puedes hacer en casa de este postre clásico que gusta tanto a niños como a adultos.

Lo que uno come de niño queda grabado para siempre. También lo que come. Por eso la cocina de la abuelas es la cocina, en mayúsculas, y por eso decimos que hay sabores que recuerdan a la infancia. Hasta tal punto nos impacta, que hay productos que, sean de la marca que sean, siempre se las llamará por el nombre de la marca original que lo distribuía en España cuando no había más opciones que esa. A todos se nos viene a la mente el cacao en polvo para la leche o el nombre con el que mucha gente conoce al pan de molde, por citar dos ejemplos. Pero hay muchos más productos cuya asociación será de por vida con su primera marca comercial. De uno de ellos vamos a hablar a continuación, proponiéndote cinco ideas para que los hagas en casera de forma más saludable porque el industrial es tan adictivo como poco recomendable desde el punto de vista nutritivo. ¿A ti cuántos te daban?

Con esta última pregunta no habrá hecho que citemos su nombre para que sepas de lo que hablamos, del petit suisse. Es oír o leer su nombre e imaginar esa crema untuosa, a medio camino entre el yogur y el mousse, que venía empaquetado en moldes extremadamente pequeños en origen desde que llegó a los supermercados a partir de 1972, año en el que se creó la marca en referencia a un queso francés de origen normando cuya textura y apariencia era similar. Según el actual fabricante del producto original -ya lo producen otras marcas-, ese queso, el petit suisse, es la base de este dulce que tanta fruta ha evitado que consuman los más pequeños -seamos realistas-, pero si uno lee el etiquetado se da cuenta de que de queso tiene lo justo, una pequeña cantidad de fermentos lácticos.

Por eso, porque queremos evitar que nuestros peques tengan la misma dependencia que nosotros teníamos con este tipo de productos nada saludables, pero también porque queremos darle la oportunidad de que disfruten de un producto que sea lo más parecido de sabor y textura a ellos, hemos probado a hacerlos en casa de distintos sabores, y ya te adelantamos que la cosa funciona. Seamos justos, investigar fórmulas caseras también tenía como objetivo que los adultos pudiéramos seguir comiéndolos sin sentirnos mal por arrastrar en este pequeño vicio a los niños de la casa.

En general, se hacen rápido y puedes prepararlos no solo de muchos sabores distintos, sino también con pequeñas variaciones en la receta. Aquí tienes nuestros cincos favoritos con diferentes ideas para que vayas probando hasta encontrar tus favoritos.

Natural

Es la primera de las cinco versiones porque es la base de todas las demás. Se hacen muy rápido, en apenas 10 minutos, aunque tendrás que dejarlos enfriar varias horas antes de consumirlos. Simplemente tienes que llevar medio litro de leche a ebullición y añadir agar agar para que luego aporte la textura condensada clásica del petit suisse. Cuando estén integrados, añade 200 gramos de nata, otro tanto de queso de untar y una pizca de azúcar si quieres endulzarlo. Remueve todo y reparte la mezcla en moldes pequeños.

Fresa y plátano (Foto: iStock)

FresaFresa y plátano (Foto: iStock)

El clásico por excelencia junto con el sabor a fresa exclusivamente. Ambas opciones se elaboran de forma similar en casa. Calienta leche con un sobre de gelatina -una alternativa al agar agar- y por otro lado haz un puré con la fruta triturada y queso crema. Ajusta el punto de azúcar que quieras y añade la leche y bate todo con las varillas hasta que quede homogénea la mezcla. Distribúyela en moldes y a la nevera varias horas.

Los adictos al mango intentamos reproducir todos los clásicos de la repostería que conocemos con esta fruta tan versátil, que se adapta muy a elaboraciones como el yogurt o el mousse. Por eso también hace lo propio con el petit suisse. La receta es la misma en este caso que la del sabor fresa plátano pero haciendo el puré de frutas con mango. Además, puedes variar de queso, utilizando un mascarpone si te gusta más que el queso crema. Ajusta de cantidad de leche para dar la textura exacta y listo.

Chocolate negro (Foto: iStock)

Chocolate negroChocolate negro (Foto: iStock)

Una tableta de chocolate negro, medio litro de nata fresca, otro medio de queso mascarpone y una pizca de azúcar -cuanto menos, mejor- es lo que necesitas para hacer unos petit suisse caseros de chuparse los dedos. Lleva a ebullición la nata y el azúcar, añade después el chocolate, integra todo bien hasta que no queden grumos y culmina la mezcla con el queso. Divide en moldes y deja que enfríen al menos 6 horas.

Una de las versiones más originales que hemos probado del petit suisse es la de sabor a gelatina de naranja. Nosotros también hemos llegado a hacerlo añadiendo a a receta del natural un chorrito de zumo de naranja y un poco de su piel rallada, pero con gelatina se consigue una textura muy consistente y agradable. Para que el sabor sea  lo más intenso posible, utiliza leche en la receta y caliéntale junto a una parte de la piel de la naranja. Sobre esa leche, ya sin la piel, añades la gelatina hasta que se derrita, y por último azúcar, nata y un queso crema al gusto

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