La mayoría de los seres humanos que alguna vez hayan consumido miel en su vida tienen en su cocina ese utensilio que no saben cómo llamar pero cuya estética es inconfundible: solo se usa para servir la miel. ¿O ni siquiera para eso porque al final con una cucharilla es más rápido?
Se conoce a este artículo de estética tan característica como cuchara o palito mielero (Honey dipper en inglés), pero también como rodillo miel o simplemente cuchara para miel, incluso mielero a secas, por lo que hay no hay un único término que haga referencia a esta palito con cabeza estriada en horizontal.
Aunque algunas personas no le vean su utilidad y lo cataloguen incluso como herramienta de cocina de “postureo”, que dirían los jóvenes. Lo cierto es que tiene una funcionalidad práctica: evitar que la miel gotee al servirse con una cuchara tradicional. Gracias a las ranuras o surcos que dibuja en su extremo más grueso, el palito mielero permite que la miel se enrolle y se adhiera mejor que a la cuchara, de ahí que sea más fácil de servir. No se hace pegotes ni cae de forma irregular, sino que puede dibujar un hilo continuo que se mejor en el recipiente que se sirva.
Por lo tanto, la función de este artilugio que en muchas cocinas solo decora uno de los cajones es doble: facilitar el reparto de la miel evitando los pegotes y dosificar bien la cantidad servida.
Cómo utilizarla
Es fundamental para usarla bien que la miel no se haya solidificado, Pero esto también es clave si la vais a servir con cualquier otro utensilio de cocina. Es esencial que esté líquida porque al sumergirse en la miel se “pegará” a la cuchara mielera lo suficiente como para poder caer de forma regular y constante a la par que moderada. Si se cristaliza, en cambio, no habrá forma de servirla porque no se soltará del palito por más vueltas que le deis.
La clave para saber si la miel está en buenas condiciones y para entender mejor el uso práctico de la cuchara para la miel es colocarlo en horizontal una vez sumergido en la miel. Verás que en esta posición no cae ni siquiera lentamente, cosa que sí ocurrirá en cuanto varíes el palito de posición y lo coloques en vertical. Si das vueltas controladas con la muñeca esta se repartirá perfectamente en tu bebida o ensalada favorita, por ejemplo.
No es tan importante que se reparta de manera lenta y uniforme en elaboraciones dulces donde la miel se combina dentro de la masa con otros productos, de ahí que el palito mielero sea útil sobre todo cuando la miel va en crudo, pero en cualquier caso ya sabes para qué sirve ese palito que llevas viendo durante toda la vida junto al bote de miel y que tú nunca utilizas porque te da pereza. Porque no nos engañemos, a ti también te da pereza limpiarlo después teniendo en cuenta que una cuchara va al lavavajillas y listo, ¿verdad?