Son las 8:00 p.m. ¿Dónde está tu cena? No hay nada más frustrante que tener que ir a comprar después de un largo día de trabajo, con hambre, o estar muy cansado y no tener ganas de cocinar nada. La preparación de comidas, especialmente la cena, puede ser complicada para muchas personas. Sin embargo, hay algunos trucos sencillos y hábitos que pueden permitirnos ahorrar tiempo y eliminar el estrés que lleva el proceso de cocinar. ¿Quieres saber cuáles son? ¡Toma nota!
Compra con una lista y un plan: Es difícil entrar al supermercado y pasear por los pasillos si no tienes una hoja de ruta. Si tienes una idea de lo que vas a cocinar durante la semana, te será mucho más fácil organizarte. Escribe lo que planeas preparar cada día y luego elabora tu lista de la compra.
Duplica o triplica las cantidades de comida que prepares: Hacer dos o tres lotes del mismo plato (osea, más cantidad) es muy sencillo y te ahorrará bastante tiempo. Los guisos y las sopas, las comidas horneadas o algunos platos de pastas son todos candidatos perfectos para seguir esta estrategia. Apoyarte en tu congelador para tener almacenadas varias comidas caseras que ya están hechas es un truco inteligente que ahorra tiempo.

Ten las herramientas adecuadas a mano: Estar equipado con las herramientas adecuadas en la cocina hará que tu preparación sea mucho más fácil y eficiente. Además de cuchillos afilados, moldes y tijeras, algunos aparatos básicos que te ayudarán a cocinar mejor y más rápido son la batidora o licuadora, para preparar batidos, sopas y salsas en cuestión de minutos, una olla a presión para elaborar guisos rápidos o un horno tostador para derretir y tostar, por ejemplo.
Conservas: Hay artículos saludables que pueden tardar mucho en prepararse, pero que se pueden comprar en conserva o precocinados, lo que te ahorrará bastante tiempo. Son artículos fáciles de poner en una ensalada o sopa, o para añadir a otras recetas. Estos incluyen judías y legumbres enlatadas, corazones de alcachofas, atún y otros mariscos enlatados, caldos caseros en bricks, frutos secos…
Toma más verduras: Cuando se trata de preparar comidas más rápido, las verduras casi siempre se cocinarán más rápido que sus contrapartes de proteína animal y almidón. Los fideos hechos de calabacín, las ensaladas, los salteados de verduras, el brócoli cocido o un revuelto de espinacas se prepararan en menos de 10 minutos.
Cocina previamente las proteínas y los cereales: Elige un par de proteínas que hayas precocinado por la mañana o algunas granos integrales que puedas añadir a ensaladas, revueltos, wraps o salteados. Por ejemplo, los huevos duros, el salmón al horno y el pollo asado o a la plancha son ingredientes proteicos muy versátiles en una amplia variedad de platos. En cuanto a granos y cereales, puedes preparar en una olla a presión arroz integral o negro, cebada, quinua o mijo para una base alta en fibra. También podrás prepararlos rápidamente en un wok o una sartén.