¿Tú también eres de las que lavan el pollo antes de cocinarlo? Aunque creas que es una buena práctica, este simple gesto que se repite en casas y restaurantes aumenta las posibilidades de que las bacterias que contiene se expandan por tu cocina. Unas bacterias que, además, son resistentes al tratamiento antibiótico, sin importar que sea pollo de corral, comprado en supermercado, envasado o a granel.
Cuando hablamos de salmonela, a todos se nos vienen a la cabeza los brotes de intoxicación por la ingesta de huevos. Aunque el huevo sí puede contener este grupo de bacterias (tanto en su interior como en la cáscara), existen muchos otros productos que son foco de infecciones alimentarias. Uno de ellos es el pollo, un alimento que acarrea unos peligros poco conocidos si no se manipula correctamente.
Tal y como asegura el Centro para el Control y la prevención de enfermedades de Estados Unidos, cada año casi un millón de norteamericanos se contaminan al consumir este alimento. Y una de las principales razones es el tratamiento que recibe tantos antes como durante el cocinado.
El riesgo que conlleva este producto se ha extendido gracias al éxito que están teniendo algunos platos potencialmente peligrosos, como el sashimi de pollo. Este plato típico de la cocina japonesa se suele hacer con otro tipo de carnes y pescados, pero ha evolucionado. ¿El resultado? Una pieza cruda de pollo que ha cautivado a paladares de todo el mundo y que causa muchos problemas de salud..
A la par que crece la fama de este plato, las alertas sobre su consumo han ido en aumento. Un ejemplo es la advertencia que publicó Food Strategy Agency sobre el pollo crudo o la emitida por el FSIS sobre varios brotes de salmonela en Minnesota. El causante de estos brotes fue el pollo mal cocinado, en esta ocasión se trataba de productos de pollo congelados, empanados y pre-dorados.
En España, la OCU también ha publicado un informe alertando sobre la resistencia de las bacterias que se encuentran en el huevo y en el pollo. El mensaje que transmiten estas organizaciones es claro: lavar el pollo y cocinarlo mal incrementa el riesgo de una contaminación cruzada.
¿Cómo evito la salmonela?
La salmonela es una enfermedad bacteriana que afecta al sistema intestinal y que causa vómitos, diarreas, fiebre alta, etc. Estas bacterias viven en los intestinos de humanos y algunos animales como el pollo. La principal causa de contagio es la cocción inadecuada o la contaminación cruzada de carne de aves de corral, de huevos y de leche no pasteurizada.
Algunos de los mejores consejos que te podemos dar para evitar esta intoxicación alimentaria con el pollo se basan en la higiene:
- Lávate las manos con jabón antes de manipular la carne.
- Nunca laves la pieza de carne que vayas a cocinar, porque expandirás las bacterias por toda tu cocina.
- Asegúrate de que las tablas que utilizas para cortar y los cuchillos están limpios.
- No coloques ningún otro alimento en las superficies en las que hayas depositado pollo crudo, ya que conseguirás que se infecten.
- No te fíes del color de la carne como indicador de que están cocinadas. Lo mejor es usar un termómetro.
- El interior del pollo debe alcanzar la temperatura de 73.88 °C
- Si has cocinado pollo, limpia muy bien las encimeras y los utensilios que hayas usado.
- Cuando dejes de manipular el pollo, lávate las manos con jabón para evitar cualquier posibilidad de infección.