Inspírate en estas propuestas: cuadros, rayas verticales y horizontales, colores combinados o diseños geométricos. Las claves para que funcione son no recargar y elegir tonos suaves que no resten luz ni espacio a la habitación.
Rayas muy sutiles
El blanco es el rey de la decoración: limpio, luminoso, fácil de combinar y adaptable a toda clase de estilos. En el ambiente de la imagen la pared pintada a rayas en vertical en tonalidades muy veladas es suficiente para añadir un toque de calidez.

Franjas horizontales
En este caso es muy recomendable focalizar el diseño solo en una de las paredes. Si te atrae esta idea de rayas en horizontal, procura engamar bien los tonos, no emplear demasiados y que las rayas sean del mismo grosor para evitar un efecto distorsionante.

Pintura en el baño
Es una manera rápida y económica de renovar el cuarto de baño. Al igual que para las cocinas, se ha puesto de moda dejar el alicatado hasta la mitad de la pared y pintar el resto en liso. Para que el efecto sea mayor elige un color intenso y utiliza pintura especial para azulejos si te atreves a decorar la bañera por fuera.

Tonos pastel
Delicados y alegres, nos gustan para darle aún más protagonismo a una pared de ladrillo visto. Procura que algún elemento del entorno de la pared sea del mismo color para potenciar el efecto.

Diseño geométrico
Llamativo y original. Si te decides a hacerlo tú misma, elige formas geométricas sencillas para no complicarte mucho y utiliza plantillas del diseño de cada color para obtener un resultado profesional.

Grandes cuadros
A este dormitorio le basta con esta decoración de pared: no hacen falta ni cabecero ni mesillas muy llamativas. Este tipo de diseño queda mejor en paredes grandes, aunque siempre habrá que ajustar el tamaño de los cuadros al de la pared para que no resulte desproporcionado.
