La Virgen del Mar, patrona de Almería, es mucho más que una figura religiosa; representa un vínculo profundo entre la historia, la fe y la devoción de una ciudad que la ha convertido en un símbolo de protección y esperanza.
La leyenda de la Virgen del Mar comienza en 1502, cuando, según la tradición, la imagen fue encontrada de manera milagrosa en la playa de Torregarcía, en la costa almeriense. La figura de la Virgen, de estilo gótico y tallada en madera de nogal, data del final del siglo XIV o principios del XV, lo que le otorga un valor histórico y artístico inmenso.
Se cuenta que un hombre llamado Andrés de Jaén, mientras paseaba por la orilla, halló la imagen entre los restos de un naufragio o tras un ataque pirata. Este hallazgo, rodeado de un halo de misterio, marcaría el inicio de la devoción hacia la Virgen del Mar, que pronto se convertiría en un símbolo de esperanza y protección para los habitantes de Almería.
Un pilar de esperanza durante siglos
A lo largo de los siglos, la devoción hacia la Virgen del Mar fue consolidándose, especialmente en momentos de crisis. En 1805, tras los devastadores terremotos que sacudieron la ciudad, la Virgen fue proclamada oficialmente patrona de Almería. Este título fue confirmado en 1806 por el Papa Pío VII, quien dio un reconocimiento oficial a una devoción ya arraigada en la comunidad almeriense.
La devoción a la Virgen del Mar no se limita a la ciudad de Almería. Hermandades dedicadas a ella existen en diversas ciudades de España, como Madrid y Sevilla, donde organizan procesiones, misas y eventos para honrar a la patrona de Almería. Estos cultos refuerzan el vínculo espiritual entre los almerienses y su Virgen, sin importar su ubicación geográfica.
Un refugio espiritual
El santuario de la Virgen del Mar se encuentra en la Iglesia conventual de Santo Domingo de Guzmán, un lugar emblemático en Almería. Aunque el edificio ha sufrido numerosos daños a lo largo de los años, especialmente durante la Guerra Civil, la comunidad almeriense siempre ha trabajado incansablemente en su restauración, preservando así un lugar de culto lleno de historia y espiritualidad.
Un símbolo de realeza espiritual
En 1951, la Virgen del Mar fue coronada canónicamente, un acto que consolidó su estatus como una figura central en la vida religiosa de Almería. La corona, elaborada por los Hermanos Granda de Madrid, es un símbolo de la realeza espiritual de la Virgen y de su lugar preeminente en el corazón de los almerienses. Esta coronación representó el reconocimiento formal de la devoción popular y la veneración hacia la Virgen del Mar.
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