Las esparragueras son una fantástica elección para decorar interiores con poca luz. Su diversidad de formas y de tonos, hace que sean plantas muy apreciadas.
Cuidados
Son plantas muy resistentes, pero hay que proporcionarles unas condiciones adecuadas.
En invierno pueden estar al sol, pero en verano hay que colocarlas en un lugar sombreado, o se quemarán las hojas.
Se pueden cultivar en el exterior o al aire libre, salvo en invierno, porque no soportan las heladas.
Poseen un sistema radicular capaz de sobrevivir en condiciones adversas.
Si tienes plantas muy grandes las puedes separar por división de mata y conseguir varios ejemplares de una sola maceta, pero para separar las raíces necesitarás fuerza y un cuchillo afilado.
Para reproducirlas por semillas siembra en primavera y mantén los semilleros alrededor de los 21ºC y ligeramente humedecidos. Las plantitas tardan un mes en aparecer, pero luego crecen deprisa.
Las necesidades de agua varían según el calor. En verano pueden necesitar un riego diario, y en invierno uno semanal.
Su temperatura ideal ronda los 15ºC, pero vive bien entre 7 y 27ºC, si disminuyes o aumentas los riegos respectivamente.
Su lugar está a la sombra, pero en invierno puedes ponerla al sol o cerca de las ventanas, para que no pierda calor.
En febrero es conveniente cambiar la esparraguera de maceta. Usa un sustrato rico en materia orgánica y con un buen drenaje.
1 - ¿La planta pierde color y encuentras telas de araña entre sus hojas?
Está invadida por ácaros. Lávala debajo de la ducha y mejora la humedad pulverizándola con agua.
2 - Observa los tallos, pueden tener cochinillas pegadas, sobre todo por la base. Chupan la savia y pueden acabar por matar la planta. Quita los insectos con un palillo y algodón impregnado en alcohol metílico. Si vuelven a aparecer, aplica un insecticida sistémico para acabar con ellos.
3 – Si las hojas están resecas, amarillas y se caen, es por falta de riego. Tienes que ofrecerle mucha agua.
- Aunque parezca que está muerta y completamente seca, todavía hay esperanza. Para recuperarla, lo primero que hay que hacer es cortarla al ras con unas tijeras y tirar las hojas secas.
- A continuación, introduce la maceta con la planta recortada dentro de un cubo de agua y déjala allí al menos un par de horas, para que la tierra se empape muy bien.
- Por último, llévala a una habitación que esté bien caldeada, y en pocos días comprobarás que empieza a brotar de nuevo y se pone mucho más lozana y frondosa.