Estos son los tres ingredientes necesarios para hacer la fórmula mágica de limpieza de La Ordenatriz

Si hablamos de trucos de limpieza para el hogar y de consejos para mejorar el orden, con el permiso de Marie Kondo en este último caso, no hay referencia más fiable en las redes sociales que Begoña Pérez Díez de los Ríos, conocida por su alias en redes sociales, La Ordenatriz. Con casi un millón de seguidores en Instagram, son populares sus tips de limpieza específicos: lo que necesites limpiar, ella tiene las claves. Pero si hay algo que la ha hecho popular es su ‘fórmula mágica’, el producto casero más versátil y eficaz que existe para limpiar en casa.

La fórmula mágica de La Ordenatriz es una mezcla potente de tres productos en cantidades milimétricamente pensadas por quien la ha hecho famoso, un producto tan bueno para la limpieza del hogar que ha sido muy imitado por perfiles similares en redes sociales al de Begoña Pérez.

Con este producto, aplicado en la cantidad y de la forma en la que La Ordenatriz aconseja en cada situación concreta, puedes dejar como nuevos desde tapicerías de sofá, cabeceros, alfombras, toldos, juntas del suelo o incluso ropa, calzado y hasta los asientos del coche.

Como puedes ver en cualquiera de las publicaciones donde La Ordenatriz utiliza su fórmula mágica, lo único que tienes que hacer es mezclar las cantidades justas que ella dice y meter el líquido en un pulverizador que será tu mejor aliado para la limpieza de las cosas de casa.

La fórmula, por cierto, no es originalmente de La Ordenatriz, como ella misma reconoce, pero sí es quien ha hecho que muchas personas la usemos. “Me pareció tan estupenda que la recomiendo desde entonces para cosas que no se pueden lavar en lavadora”, asegura.

Así se prepara la fórmula mágica de La Ordenatriz

Como decíamos anteriormente, solo necesitas tres ingredientes para tener lista en casa la fórmula mágica de La Ordenatriz, el remedio para casi todos tus quebraderos de cabeza en lo que a limpieza de manchas y superficies complicadas se refiere. Y es que, como la propia Ordenatriz advierte, no vale para todo. “Por ejemplo, alfombras, zapatos, rieles, sofás… También vale para superficies y como “prelavado” normal. Pero no para todo, por favor”, avisa.

En concreto, la fórmula mágica lleva medio litro de agua, que debe estar “calentita para que se disuelva bien el jabón”, dice La Ordenatriz; dos cucharaditas pequeñas (una y media si lo rallas tú) de jabón en escamas de cualquier tipo mientras sea natural con glicerina; y 60 ml de amoniaco.

Es importante, recalca La Ordenatriz, clavar las cantidades del jabón “porque queda gelatinosa una vez que se enfría, pero pasa bien por el pulverizador”. Y sobre el amoniaco, la especialista en orden y limpieza recomienda coger el más flojo. “Sirve cualquiera, pero no me emociona su uso, ya que puede ser peligroso respirarlo. Siempre intento coger el más flojo”, señala.

Es fundamental, por último, no poner jabón de más y, si queda espesa la fórmula, es preferible tirarla porque no valdrá ya que no pasará por el pulverizador. En este caso, vuelve a empezar su fabricación.