El pasado fin de semana la ex presidenta de la comunidad de Madrid tenía una cita para el recuerdo: la boda de su primogénita, Cristina Aguilar, con su novio Enrique de Olaso. Tanto la ceremonia religiosa como la celebración tuvo lugar al aire libre en el Club puerta de Hierro, uno de los clubes más exclusivos de Madrid en el que los novios tuvieron el placer de ser acompañados por sus familiares y amigos más preciados.

Todo aconteció bajo un ambiente acogedor, íntimo y discreto en que la protagonista; Claudia Aguilar lució radiante vestida de novia con un precioso diseño atemporal de corte sencillo y recto, sin mangas, escote cerrado y espalda al aire firmado por Cortana; una firma sostenible fundada por la mallorquina Rosa Esteva. Un vestido que combinó con un chal de seda que cubría los brazos y el escote de la espalda y le proporcionó un aspecto sofisticado y elegante. En cuanto a peluquería, Cristina dejó su melena recogida en un moño bajo y sencillo que acompañó con un velo de tul clásico que remarcaba aún más su belleza.

El buen tiempo permitió desarrollar toda la celebración en los exteriores del famoso club madrileño por lo que, tras la ceremonia nupcial, tuvo lugar el cóctel en los jardines. Aprovechando la idílica temperatura, los recién casados pudieron celebrar junto a los suyos una espectacular boda al aire libre. Tras el cóctel, pusieron rumbo al convite, que estaba dispuesto en una de las carpas de este lujoso enclave preparadas para los enlaces. Allí, todos los invitados disfrutaron de una exquisita cena, música y baile hasta altas horas de la madrugada. Una de las grandes sorpresas fue la actuación de Willy Bárcenas, líder de la aclamada banda Taburete y amigo de la pareja, quién se subió al escenario a interpretar algunos de sus temas.
Cristina Cifuentes, que aunque en esta ocasión no ejercía de madrina, lució impecable con un vestido rojo de Stella Mccartney de estilo capa, escote redondo y silueta lápiz que ya llevó la reina Letizia durante el 50 cumpleaños del príncipe Guillermo de Holanda y más tarde durante una recepción en Alemania. El nombre que recibía el modelo era Cecilia, y su precio, cuando la Reina lo adquirió cinco años atrás, era de 2.617 euros, según Saks Fifth Avenue.