Los que nacimos en los 80 y los 90, que nos criamos mucho en casa de nuestras abuelas y abuelos, que siempre tenían (y tienen, porque muchos siguen al pie del cañón) la televisión puesta todo el día, recordamos aquellas telenovelas latinoamericanas de sobremesa. Tal fue el boom que lo imitamos en España, y de un tiempo a esta parte, con la globalización alcanzando también el sector audiovisual, países como Turquía han puesto de moda en Occidente sus culebrones. Pero la hegemonía turca en lo que a telenovelas respecta está amenazada por un nuevo fenómeno televisivo, las telenovelas mexicanas.
Prueba del auge de las telenovelas producidas en el país azteca es el éxito en España de la serie Madre de alquiler, una historia protagonizada por la actriz de origen indígena Shaní Lozano. Aunque en las últimas horas Netflix ha anunciado un cambio en la forma de medir sus audiencias, Madre de alquiler se había colado en lo más visto del mes en nuestro país según datos recogidos por FlixPatrol. Solo en la semana del 12 al 18 de junio, Netflix reconoció que la serie tuvo 3.8 millones de visualizaciones, top 3 en televisión de habla no inglesa.
Como el nombre advierte, Madres de alquiler es una telenovela, sí, pero con un fondo muy distinto a aquel que tenían los culebrones latinoamericanos de finales del siglo XX, donde el amor, el despecho, la venganza y los líos familiares eran los asuntos protagonistas. En este caso, la serie de Netflix mexicana narra la historia de una mujer (interpretada por Shaní) con pocos recursos socioeconómicos que actúa por obligación como madre subrogada para poder librar a su padre de la cárcel.
¿Y cómo gira la trama para ser un culebrón?, estarás pensando. La familia rica que ofrece el trato a la protagonista esconde un gran secreto del que la protagonista se enterará al cabo de los años de despertar tras dar a luz junto a un bebé con una discapacidad física. Así lo explica Netflix con la sinopsis oficial de Madre de alquiler: “Para salvarle la vida a su padre, una mujer alquila su vientre a una poderosa familia mexicana de empresarios. Tras dar a luz, se despierta en el banco de un parque, donde le entregan un bebé con una discapacidad física. Años después, la vida la llevará a enfrentarse de nuevo a aquel momento y a descubrir lo que ocurrió de verdad”. No puedes negar que esto no te suena a culebrón de los buenos, aunque toque un tema de actualidad muy serio como es la gestación subrogada.
Creadora femenina
Madre de alquiler, el último pelotazo de Netflix y prueba del éxito creciente de las telenovelas mexicanas, no solo tiene una protagonista femenina, sino que también está creada y dirigida por una mujer, Aida Guajardo.

Junto a Shaní Lozano, trabajan en la telenovela mexicana Luis Ernesto Franco y Marcela Guirado, que interpretan a una pareja presionada para ser padres. Además, no falta el ingrediente clave en un buen culebrón, la mala malísima, que en este caso se llama Nora Huizar y está interpretada por la actriz Leticia Calderón. Curiosamente, y sin ganas de hacer spoiler de la serie, el rol de mala no es tan rígido en Madre de alquiler como lo es es los culebrones de toda la vida.
Completan el reparto de la serie Camila Selser, Alejandro de la Madrid, Emanuel Orendain, Minni West, Omar Germenos y Fernanda Borche. De momento, la serie cuenta con 24 episodios que puedes ver en la plataforma de contenidos audiovisuales en streaming más importante del mundo, Netflix.