Nuria Roca ha conseguido ser un referente televisivo. Su presencia en cualquier espacio es sinónimo de triunfo.A sus 51 espléndidos años, esta gran comunicadora tiene un lema: “Enseñar las cosas bonitas y hacerlo sin filtros”. Así, al natural. Y esa es, sin duda, la clave de por qué consigue la admiración del público.
Empezó en televisión por casualidad, como casi todo en su vida, y quiere seguir en ella porque le apasiona. Comenzó en Waku Waku, allá por el año 1998, hasta ahora, la vida profesional de Nuria Roca ha crecido como la espuma y se ha extendido cual sustancia oleosa. Así es ella, como un auténtico camaleón.

Aunque su destino iba encaminado al mundo de la arquitectura, no se ha desviado mucho, ya que ha sabido cómo construir de la mejor manera posible el bonito presente del que disfruta hoy en día. Sin embargo, parece que nada de lo que está viviendo actualmente lo tenía planeado.“La mayoría de las cosas que me han pasado en la vida tienen que ver con la casualidad”, ha confesado en alguna de sus entrevistas, en las que hacía un repaso de su trayectoria.
PRESENTADORA POR SORPRESA

Y es que es cierto que sus comienzos en televisión fueron casuales. Lo ha narrado ella en numerosas ocasiones. Sus amigos la animaron a presentarse a un casting para un programa de la televisión valenciana, en Canal 9, y les gustó. Y no solo a los directores, sino también a un público que la sigue fielmente en todo lo que hace.
A esta valenciana no le para nada ni nadie. Ha estado al frente de programas informativos, de entretenimiento, de entrevistas, concursos, realities, talent shows... incluso se ha atrevido con la interpretación, participando en varias series de televisión, como Javier ya no vive solo, bajo las órdenes de Emilio Aragón.
SU PASIÓN POR LA ESCRITURA

Pero su experiencia laboral no se ha limitado a la pequeña pantalla. Curiosa y atrevida como nadie, también ha trabajado en radio, hizo una incursión en el cine y coqueteó con la escritura hasta convertirse en una relación de amor afianzada con las letras.
Ha publicado cinco libros. Dos de ellos junto a su marido, el periodista Juan del Val. De él, resalta muchas cosas que hacen que siga viva la llama del amor. Pero hay algo que ella destaca de él con cierta envidia: “Ojalá yo me atreviera a ser tan poco políticamente correcta como lo es él”, ha reconocido la presentadora, a quien, en ocasiones, le gustaría prescindir de los filtros de los que carece del Val.
SU MEJOR ALIADO
El padre de sus hijos es su mejor compañero. De profesión y de vida. La naturalidad es una de sus virtudes, que ella misma corrobora. “En estos tiempos de postureo, yo trato de mostrarme tal cual”, ha revelado en más de una ocasión. De modo que no tiene reparo alguno en hablar públicamente de cualquier cosa, incluso de su matrimonio, que se ha convertido en uno de los más mediáticos y envidiados.
Cuando se le pide que desvele el secreto del éxito de su relación, no lo oculta: “La clave es la admiración mutua”. Precisamente, a su marido es a quien dedicó su último premio, la tercera Antena de Oro, que recibió el pasado mes de noviembre, coincidiendo con sus 30 años de profesión. Algo debe estar haciendo bien para que la vida le sonría de esta manera. ¿Será casualidad?