Sara Carbonero es de esas periodistas que, por fuera puede parecer tímida y hermética, pero por dentro esconde un alma pura que consigue emocionarnos con solo tres palabras. Sincera, profunda y carismática, Sara cuenta con más de tres millones de seguidores en Instagram, donde comparte textos conmovedores y personales que revelan su lado más íntimo.
Optimista, luchadora y siempre sonriente, la manchega ha enfrentado grandes desafíos desde su ruptura con el exfutbolista Iker Casillas y su diagnóstico de cáncer de ovario en 2019. Los médicos le detectaron un tumor maligno que requirió una intervención urgente, marcando el comienzo de su larga lucha contra la enfermedad, durante la cual ha aprendido el verdadero significado de la vida.
"Debido a las circunstancias de la vida, ya he pasado por épocas en las que evitaba los selfies porque no reconocía a la persona en el reflejo, llegando incluso a estar tres o cuatro meses sin mirarme en un espejo. Un día, estaba en la cama sin poder moverme y se tumbó conmigo. Después de mirarme detenidamente, de manera extraña, dijo: 'Mamá, es que tienes las cejas grises y no pareces tú'", recordó sobre su hijo, uno de sus mayores apoyos durante la enfermedad.
"Precisamente por no mirarme, ignoraba que había perdido todas las cejas, que son las que enmarcan la mirada y dan personalidad al rostro", comentó Carbonero. Al preguntarle a su hijo "¿y las pestañas? ¿Has visto que me queda una única superviviente? ¡Una! ¡La más valiente!'", el niño "intentó arrancármela, por supuesto, riendo a carcajadas, y empezamos una guerra de almohadas y luego, a otra cosa (...) Tengo esa conversación grabada como muchas otras incómodas, en las que gracias a su capacidad de adaptación fue todo menos traumático".
Ahora, más de un lustro después, sus hijos, Martín y Lucas, "cuentan orgullosos a sus amigos cuando mamá tenía el pelo 'como un chico'. El día que me vieron así por primera vez, les llevé unos puzzles para distraerlos, como me aconsejó la psicóloga. Pero no funcionó, como dice la canción: 'No apartaron sus ojos de mí, incluso corrió alguna tímida lágrima por sus mejillas'. Luego, empezamos a buscar fotos de actrices y cantantes con pelo corto y nos pusimos a hacer el puzzle".
La profunda reflexión de Sara Carbonero
Los fines de semana de verano ofrecen muchas posibilidades: playa, piscina, comidas con amigos y tardes interminables de juegos con los más pequeños. Sara Carbonero es una madre dedicada, una amiga leal y una hija que cada día aprende a amar más y mejor. Recientemente, compartió una foto desde un hospital. La periodista no especificó si se trataba de un problema personal o si estaba acompañando a alguien, como sucedió en marzo pasado cuando su madre, Goyi Arévalo, tuvo un problema de salud.
En sus siguientes publicaciones en Instagram, Sara no mencionó nuevamente aquella visita al hospital. Pero ayer, publicó un emotivo texto en el que se sinceró sobre su estado actual. Acompañó sus palabras con una serie de imágenes que muestran momentos con su familia y amigos, incluyendo a sus hijos, su abuela Maxi y su hermana Irene Carbonero.
"De todos los viajes que podemos emprender, el más intenso, profundo y necesario siempre será hacia nosotros mismos. Hacia esos lugares donde pasado, presente y futuro convergen y se entrelazan en una trenza imaginaria que atrapa el dolor. Ese dolor que, sumado al ruido diario, a veces no nos deja ver lo esencial", empieza escribiendo la periodista, logrando emocionarnos con su bella prosa en solo cuatro frases.
Sara continúa diciendo que "se nos olvidan los lugares o personas que silenciosos/as están pero nunca piden. Se nos olvida buscar las grietas por donde entra la luz. Hay muchas, pero hay que saber verlas. Y tener paciencia". Luego, habla de sus dos grandes pilares, sus hijos Martín y Lucas: "Hijos con los que ya puedes tener conversaciones de adultos y pedirles consejos, una abuela a la que se le va olvidando nuestro nombre pero no nuestras historias de cuando éramos niñas. Es lo más salvaje que podemos vivir. Es la aventura. Es la vida. Unos ojos a los que poder mirar fijamente y decir libremente cómo te sientes. O que no haga falta".
"Gente que abraza tu vulnerabilidad cuando la sacas a pasear. Lazos irrompibles, raíces y alas. Gracias, vida, porque aunque estos años no me estás dando mucha tregua y me estás retando fuerte, el aprendizaje no sería el mismo sin tanta piedra en el camino ni mi nivel de conciencia tampoco. Aceptar, abrazar, transitar, no esquivar. Creo que nos vamos entendiendo. Verano 2024". Con este "verano 2024", Sara concluye su reflexión, dejándonos a todas con la lagrimilla en los ojos.
¿Y sus fieles seguidoras? Solo podemos decir "gracias, Sara". Por escribir sobre la vida de manera tan sencilla y bonita, por superar siempre los obstáculos, por amar intensamente a los tuyos y por querer hacer de este mundo un lugar mejor. Friedrich Nietzsche decía que la vida sin música sería un error. Pero la vida sin periodistas comprometidas que, además de informar, nos inspiran a ser mejores personas, sería un delito.